Misioneros del YASC comparten sus experiencias de servir en el extranjero

Por Lynette Wilson
Posted Oct 9, 2014
Dieciséis misioneros del Cuerpo de Servicio de Jóvenes Adultos pasaron del 2 al 4 de octubre en Nueva York para la reunión de reingreso anual de este programa de la Iglesia Episcopal. Foto de David Copley.

Dieciséis misioneros del Cuerpo de Servicio de Jóvenes Adultos pasaron del 2 al 4 de octubre en Nueva York para la reunión de reingreso anual de este programa de la Iglesia Episcopal. Foto de David Copley.

[Episcopal News Service] Servir en el extranjero como misionero del Cuerpo de Servicio de Jóvenes Adultos (YASC) es más que un trabajo, es un viaje de descubrimiento de uno mismo, de la fe y de la Comunión Anglicana.

“El YASC ofrece una experiencia de apoyo realmente provechosa a personas que quieren ver o experimentar otra parte del mundo u otra parte de la Iglesia”, dijo Becky Gleason, de 26 años, que prestó servicios en Tela, Honduras, enseñando inglés a estudiantes y maestros en la escuela episcopal del Espíritu Santo y dirigiendo los oficios de la capilla de la escuela secundaria.

A diferencia de otros programas internacionales que les ofrecen a los jóvenes la oportunidad de servir en puestos voluntarios en el extranjero, el Cuerpo de Servicio de Jóvenes Adultos de la Iglesia Episcopal, al que comúnmente se le menciona como YASC (sigla en inglés), brinda un apoyo familiar de que otros programas carecen: la Iglesia.

“El YASC ofrece una oportunidad de experimentar parte del mundo con respaldo, y un cierto nivel de familiaridad debido a la Iglesia”, dijo Elizabeth Boe, la encargada de interconexiones globales. “El programa se basa en relaciones y asociaciones alrededor del mundo”.

Dieciséis misioneros del Cuerpo de Servicio de Jóvenes Adultos pasaron del 2 al 4 de octubre, en el Centro Denominacional de la Iglesia Episcopal en Nueva York, asistiendo a una reunión de “reingreso” que tiene por objeto juntar a los jóvenes adultos luego de concluido su servicio en el exterior para compartir sus experiencias, sus triunfos y los retos a los que se enfrentaron.

“El momento en que uno los ve regresar es el más gratificante”, dijo David Copley, el líder del equipo para asociaciones globales de la Iglesia Episcopal. “Uno ve cómo se han desarrollado y cómo han sobrevivido los problemas”.

El YASC está abierto a jóvenes adultos con edades entre 21 y 30 años a los que se les brinda la oportunidad de servir de misioneros, inicialmente por un año, explorar nuevas formas de vida, mientras prestan servicios a través de la Comunión Anglicana. En la actualidad hay 17 misioneros del YASC —seis de los cuales en su segundo año— provenientes de 18 diócesis que trabajan en iglesias anglicanas de 15 países, desde el Uruguay hasta las Filipinas, pasando por España y Sudáfrica.

El proceso de solicitud del YASC 2015 comenzará pronto, con la meta de reclutar 30 misioneros entre los jóvenes adultos, afirmó Copley.

Todo lo que requiere, agregó él, es una solicitud y la asistencia a un fin de semana de discernimiento.

(Haga un clic aquí para tener acceso a una reflexión para el fin de semana de discernimiento, de Ashley Cameron, que pasó un año en las Filipinas sirviendo en la Diócesis de Santiago).

Carlin Van Schaik, de 23 años, de la iglesia episcopal de San Cristóbal [St. Christopher’s Episcopal Church] en Lubbock, Texas, de la Diócesis de Texas Noroccidental, decidió, cuando tenía 15 años, que quería servir como misionera del YASC.

Su decisión, explicó, estuvo de algún modo influida por [el pasaje de] Mateo 19:21, el relato del joven rico a quien Jesús le dijo que vendiera todo lo que tenía; una lección que Van Schaik ha aplicado a su propia vida. “Yo quería seguir ese llamado”, dijo.

El YASC también atraía a Van Schaik porque, según dijo, “estaba interesada en la idea de la ‘Iglesia mundial’ y lo que significa para una Iglesia estar en asociación con otra Iglesia”.

Van Schaik prestó servicios en la Iglesia Anglicana de Corea en la Diócesis de Seúl, donde trabajó para un programa urbano de cuidado de ancianos y para un programa rural de actividades extraescolares.

El idioma, contó ella, constituía un reto, pero aprendió que el cristianismo trasciende la cultura; y ella llegó a creer en la sinceridad de la expresión. Durante ese año en Corea del Sur, Van Schaik dependió de un diccionario para comunicarse. Eso y la sinceridad pueden llevarte lejos, afirmó.

Van Schaik es una de los seis miembros del YASC que regresan al campo misionero por otro año, esta vez a la Diócesis de Luzón del Norte en la Iglesia Episcopal de las Filipinas.

Otro de los [misioneros] del YASC que regresa al servicio es Alan Yarborough, de la iglesia episcopal de La Trinidad [Trinity Episcopal Church] en Ashville, Carolina del Norte, en la Diócesis de Carolina del Norte Occidental, quien estará un segundo año en la iglesia del Buen Salvador en Cange, un pueblo pequeño de la planicie central del país.

A Yarborough le asignaron un trabajo en proyectos de desarrollo económico, dijo, pero realiza gran parte de su trabajo sirviendo como intérprete del creole al inglés y viceversa.

Durante el año pasado en el servicio, Yarborough ha aprendido “a depender más de otros y de mí mismo; he crecido en confianza y en comunicación”.

La interpretación, explicó él, es más que una traducción idiomática. “Es ser capaz de interpretar la cultura, el contexto histórico y el temperamento”.

Sin embargo, una cosa que, según él, le ha resultado difícil de sobrellevar es la falta de privacidad y el ser reconocido dondequiera que va. No obstante, le gusta vivir en Haití y su deseo de volver surge de las relaciones que estableció con haitianos y con asociados estadounidenses, así como de la percepción de que su labor no ha concluido aún.

Después del año de servicio en Honduras, Gleason regresó al sur de California, donde está trabajando para la Diócesis de San Diego, atendiendo el ministerio latino/hispano de la misma. También presta servicios en la iglesia de San Miguel del Mar [St. Michael’s By-the-Sea] en Carlsbad, California, donde se ocupa del ministerio de los niños.

“Siento como si esto fuera lo que Dios me llama a conocer”, dijo. “Siempre me mantengo en oración para ver adónde Dios me conduce”.

(ENS ha producido una serie de perfiles en vídeo sobre los misioneros del YASC que sirven en distintos lugares, entre ellos Roma, Italia; Sudáfrica y en los archivos de la Iglesia Anglicana de Hong Kong; en una misión para servir a trabajadores migrantes y en otra para servir a marinos. La página web de la Iglesia Episcopal incluye vídeos sobre cómo servir como un misionero del YASC así como reflexiones de los misioneros del YASC.

– Lynette Wilson es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


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