Gayle Harris, obispa de Massachusetts, hace historia en una catedral de Gales

Por Matthew Davies
Posted Sep 5, 2014
Gayle Harris, obispa sufragánea de Massachusetts, mientras preside la eucaristía en la catedral de San Asaf, en Gales, el 31 de agosto, convirtiéndose en la primera obispa anglicana que oficia en una catedral galesa. Foto de Nathaniel Ramanaden.

Gayle Harris, obispa sufragánea de Massachusetts, mientras preside la eucaristía en la catedral de San Asaf, en Gales, el 31 de agosto, convirtiéndose en la primera obispa anglicana que oficia en una catedral galesa. Foto de Nathaniel Ramanaden.

[Episcopal News Service] Mientras la Iglesia en Gales se prepara a capacitar mujeres para que lleguen a ser obispas, Gayle Harris, obispa sufragánea de la Diócesis Episcopal de Massachusetts, se convirtió en la primera obispa anglicana que preside la eucaristía y predica en una catedral galesa.

“La Iglesia no sólo se ve enriquecida por la ordenación de las mujeres, sino que se ve capacitada y potenciada por la presencia de las mujeres”, le dijo ella a Episcopal News Service durante una entrevista telefónica desde el Reino Unido mientras se preparaba para su histórica participación en el servicio eucarístico de las 11:00 A.M. el 31 de agosto en la catedral de San Asaf, en Denbighshire, Gales del Norte. “Veo a las mujeres poniendo de relieve el deseo de que todas las personas se sienten a la mesa del liderazgo, que todas participen de los beneficios de la vida de Dios. Nadie debe ser ignorado ni dejado fuera”.

Aunque la Iglesia en Gales aprobó el 12 de septiembre de 2013 abrir el episcopado a las mujeres, decidió que el derecho eclesiástico no se alteraría en el curso de un año para darle tiempo a los obispos galeses a preparar un Código de Conducta. La Iglesia de Inglaterra también tomó una decisión histórica cuando su Sínodo General, en su reunión de julio, aprobó una legislación que le permite a las mujeres convertirse en obispas.

El obispo Gregory Cameron, de la Diócesis de San Asaf, invitó a la obispa Gayle Harris, sufragánea de la Diócesis de Massachusetts, a predicar y presidir el oficio eucarístico en la catedral de San Asaf. Foto de Nathaniel Ramanaden.

 

La visita de Harris se produjo en respuesta a la invitación del obispo Gregory Cameron, de la Diócesis de San Asaf, quien dijo que le había sorprendido el mucho tiempo que le había tomado a la Iglesia en Gales dar el paso de ordenar mujeres como obispos.

“Tengo una vasta experiencia sobre las mujeres obispos en la Comunión Anglicana, y su ministerio es tan natural y apropiado como nuestra membresía en la Iglesia, de hombres y mujeres”, le dijo él a ENS. “En efecto, las obispas que conozco han sido de capacidad y talento excepcionales. Es precisamente porque las obispas no son nuevas para la Comunión que me siento encantado de haber tenido la oportunidad de invitar a la obispo Gayle Harris a estar con nosotros, en tanto nos acercamos a la fecha en que las mujeres puedan ser elegidas al episcopado en Gales”.

Pero para Harris, la segunda afroamericana en ser consagrada obispa en la Iglesia Episcopal, su llegada al Reino Unido no resultó tan sencilla como era de esperar. La Guardia Fronteriza la detuvo durante más de cinco horas y le dijo que tendría que regresar a EE.UU. aunque ella tenía todos sus documentos y permisos en regla, incluidas [las invitaciones] de la Iglesia en Gales y del arzobispo de York.

A pesar del contratiempo, Harris dijo que los funcionarios fronterizos “fueron muy amables, educados y corteses” y que una vez que comprobaron que su visita era legítima, rescindieron la orden de deportación. “Sé que la gente del aeropuerto intentaba cumplir con su deber”, dijo, añadiendo que el funcionario jefe de la Guardia Fronteriza del R.U. le había ofrecido una disculpa personal por lo larga que había sido la detención.

Harris se sintió aliviada de superar la experiencia y concentrarse en el itinerario planeado y las próximas celebraciones.

Harris ya tenía planes de visitar el R.U. —para oficiar en la boda de una ahijada— cuando la invitaron a expresar un saludo a Cruzar el Umbral [Crossing the Threshold ], una conferencia que celebra el cambio legal para permitir que las mujeres lleguen a ser obispas.

Ella asistirá a la conferencia el 4 de septiembre en Cardiff, en la que Geralyn Wolf, obispa jubilada de Rhode Island, participará como oradora principal.

La Iglesia Episcopal se convirtió en la primera provincia de la Comunión Anglicana en abrir el episcopado a las mujeres mediante un decreto de la Convención General de 1976, aunque habrían de pasar otros 13 años hasta que la Rvdma. Barbara Harris —predecesora de la obispa Gayle Harris en Massachusetts— fuera consagrada como su primera obispa en 1989. En julio pasado, la Iglesia Episcopal conmemoró los 40 años transcurridos desde que las primeras mujeres fueron ordenadas presbíteras. Sin embargo, la mayoría de las provincias de la Comunión Anglicana aún no ordenan mujeres al episcopado.

“Hay lugares donde no podremos ver mujeres ordenadas al episcopado en el curso de nuestras vidas o incluso en la próxima generación, pero creo que Dios puede llamar a quien Él quiera, hombre o mujer, negro o blanco”, dijo Harris. “A veces resulta difícil para nosotros oír y discernir ese llamado y es por eso que en algunos lugares toma más tiempo que en otros”.

La obispa Gayle Harris fue ordenada al presbiterado en 1982 y electa obispa sufragánea de Massachusetts en 2002. Esa trayectoria, apuntó ella, ha tenido sus altibajos, pero, a lo largo de ese tiempo, la ha sostenido la presencia de Dios.

Gayle Harris, obispa sufragánea de Massachusetts, predica el 31 de agosto en la catedral de San Asaf, en Gales. Foto de Nathaniel Ramanaden.

 

Durante su sermón en la catedral de St. Asaf, Harris habló acerca de ser seguidor de Cristo y explicó que el discipulado no es fácil y conlleva un costo personal.

Como la primera mujer negra en celebrar misa en una iglesia del interior del estado de Nueva York a principio de los años 90, Harris recibió varias reacciones, tanto positivas como negativas. “Nadie en esa parroquia había visto jamás a una mujer en ese santuario, pero corrieron el riesgo de pedirme como rectora” de la iglesia de San Lucas y San Simón Cireneo [St. Luke and St. Simon Cyrene] en Rochester, Nueva York, señaló.

“El primer domingo, decidí no celebrar, sino sentarme entre ellos para lograr conocerlos mejor”, añadió. Algunos feligreses dijeron que no iban a volver, contó Harris. Afortunadamente, la mayoría volvió, entre ellos algunos disconformes que más tarde reconocieron que “no era tan malo como habían esperado”.

“Lo más importante es la presencia de Dios”, dijo Harris. “En primer lugar y ante todo yo soy creada a imagen de Dios. Nadie puede negar que ésa es mi identidad. Pero todas mis experiencias de respuestas negativas no se han acabado. Me han tildado de incompetente debido a quien soy, como mujer negra. Eso continúa. Aún creo que este mundo tiene que lidiar con la diferencia del color de la piel. Seguimos eludiendo el problema. Como negra, a veces tengo que preguntar si es porque soy mujer, pero la mayoría de las veces es porque soy negra y mujer. No se ha abordado [a fondo] el problema de la raza.

Harris dijo que le está agradecida a Cameron por su invitación a San Asaf. “Dice mucho de él y de lo amable que es. Poro yo veo esto como otra oportunidad de participar y encontrarme con el otro”, afirmó. “Creo que Dios está presente en este momento”.

– Matthew Davies es redactor y reportero de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


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