Honduras: Las escuelas desempeñan un papel en el auto-sostenimiento y en la sociedad

Por Lynette Wilson
Posted May 15, 2014
Miriam Rivkin, un miembro de la Iglesia  Episcopal San  Barnabas en DeLand, Florida, visitó la escuela Santa María de la Iglesia  Episcopal  en Tegucigalpa, Honduras, en marzo durante un viaje para explorar posibles asociaciones... Foto: Lynette Wilson/ENS

Miriam Rivkin, un miembro de la Iglesia Episcopal San Barnabas en DeLand, Florida, visitó la escuela Santa María de la Iglesia Episcopal en Tegucigalpa, Honduras, en marzo durante un viaje para explorar posibles asociaciones… Foto: Lynette Wilson/ENS

[Episcopal News Service – San Pedro Sula, Honduras] Las escuelas episcopales de la Diócesis de Honduras no solamente desempeñan un papel en el movimiento de la iglesia hacia el auto-sostenimiento; si no también desempeñan un papel en la transformación de las comunidades.

“Los niños se benefician de la educación, se emplean a los profesores, los estudiantes reciben una educación de la iglesia episcopal, el cual es también parte del programa de evangelización”, dijo la Rda. Canóniga Lura Kaval, Canóniga de la diócesis para desarrollo y nombrada misionera por la Iglesia Episcopal.

Las escuelas son la principal fuente de ingreso para la diócesis; estas administran siete escuelas bilingües basada en la fe, y sirven a  1,500 estudiantes desde jardín infantil hasta el 11vo grado, que es el grado final requerido en Honduras.

“En su conjunto, ellos están en negro; unos están en mejores condiciones que otros, pero todos se dirigen en la dirección correcta, con gran posibilidad de crecimiento”, dijo Kaval

Por ejemplo en La Escuela Episcopal Santa Maria en Tegucigalpa, el Rdo. Canónigo Joe Rhodes y su esposa, Tina, misioneros enviados por la Sociedad de Misioneros Anglicanos y Emisores, están trabajando para hacer que la escuela rinda más beneficios.

“Tenemos 158 estudiantes ahora, necesitamos 200 para obtener más rentabilidad”, explicó Rhodes a un grupo de La Iglesia Episcopal de San Barnabas en DeLand, Florida, que estuvieron de visita en marzo durante un viaje para explorar posibles asociaciones.

Como partidarios que apoyan la diócesis desde hace mucho tiempo, los Rhodes en los últimos años han dirigido una misión de corto plazo a Honduras mientras que  Joe Rhodes sirvió como rector de  La iglesia Espíritu Santo en Baton Rouge, Luisiana. Ellos han servido la escuela en los últimos 18 meses.

Al obispo Lloyd Allen fundó la escuela Santa María en 1994 mientras servía en la Iglesias Santa María; el obispo personalmente solicitó a los Rhodes que se muden a  Tegucigalpa para ayudar a la escuela a tiempo completo.

La Diócesis de Honduras administra siete escuelas bilingües basadas en la fe sirviendo a 1,500 estudiantes desde jardín infantil hasta el 11vo grado. Foto: Lynette Wilson/ENS

La Diócesis de Honduras administra siete escuelas bilingües basadas en la fe sirviendo a 1,500 estudiantes desde jardín infantil hasta el 11vo grado. Foto: Lynette Wilson/ENS

En los últimos años, Allen ha trabajado para centrar la atención de la diócesis para lograr el auto-sostenimiento para el año 2019; además del plan de auto-sostenimiento de la Diócesis, las escuelas tienen una estrategia independiente destinada a la autosuficiencia.

Como parte del  plan, los administradores están trabajando para alcanzar la acreditación internacional con la ayuda de  Steven Robinson, presidente de la  Asociación Sureña de Escuelas Independientes, una escuela de acreditación de los Estados Unidos.

“Las escuelas aquí son realmente fascinantes, yo creo que ellas sirven un gran propósito, algunas de las escuelas tienen mucho camino por recorrer, pero el emblema, [El] Buen Pastor, en San Pedro Sula, es probablemente elegible ahora o si no está muy cerca de eso”, dijo Robinson, en una entrevista por teléfono con la ENS.

La acreditación no significa que todas las escuelas sean iguales; eso en gran parte depende de los recursos que tienen”, dijo Robinson. “Lo que significa que están sirviendo la misión que se propusieron servir”.

Una niña durante el servicio en la escuela dominical en la Iglesia Episcopal de San Pedro por el Mar en  Brick Bay en Roatán, Honduras. Foto: Lynette Wilson/ENS

Una niña durante el servicio en la escuela dominical en la Iglesia Episcopal de San Pedro por el Mar en  Brick Bay en Roatán, Honduras. Foto: Lynette Wilson/ENS

En el centro de la misión de cada escuela episcopal  hay un compromiso con la educación Cristiana y la Diócesis se ha comprometido a traducir del inglés al español el Currículo de los Niños Episcopales, desarrollado por el Seminario de Teología de Virginia, para que lo pueda compartir con otras personas en busca de recursos de  educación cristiana en español, dijo Kaval. La Diócesis utiliza el currículo tanto en la escuela como en la escuela dominical.

Robinson empezó a participar con las escuelas episcopales en Honduras en el 2010 cuando conoció a Andrea Baker en una conferencia de la  Asociación Nacional de Escuelas Episcopales en San Antonio, Texas.

“Ella vio mi etiqueta con mi nombre y preguntó, ‘¿usted acredita? Y ¿podemos hablar?’” dijo Robinson.

Baker invitó a Robinson a visitar Honduras, lo cual él hiso. “Yo me enamore de las escuela y el trabajo del obispo Allen”, dijo, agregando que lo que las diócesis están haciendo con las escuelas es “el centro principal de lo que las escuelas deben ser”.

Desde entonces, Robinson ha estado involucrado con las escuelas y este verano planea llevar a cabo un taller de desarrollo profesional en  Honduras. Es una cuestión de trabajar con las escuelas para entender dónde ellos se encuentran, dónde necesitan estar, y ayudarles a  medida que crecen y se dirigen hacia la acreditación, dijo.

El Buen Pastor, la escuela que Robinson hizo referencia en San Pedro Sula, fue fundada en 1984 y desde entonces ha crecido con más de 500 estudiantes desde jardín infantil hasta el 11vo grado. Algunos estudiantes de El Buen Pastor se han  ido a los Estados Unidos para asistir a esas universidades.

Otras escuelas, como la escuela episcopal de San Juan en [St. John’s Episcopal School] en Siguatepeque, una ciudad pequeña en las montañas centrales, recién acaban de empezar.

Rick Harlow, jefe del proyecto de la diócesis y un misionero nombrado de la Iglesia Episcopal, explicaron que las escuelas sirven a  48estudiantes de grados de jardín infantil hasta el cuarto grado, el próximo año la escuela agregara el quinto grado y más espacio para los estudiantes de jardín infantil. La escuela tiene actualmente una capacidad para 80 estudiantes.

Las escuelas episcopales funcionan en el mismo calendario escolar de 10 meses que en las escuelas de los Estados Unidos, pero no de las escuelas públicas que tiene un calendario de noviembre a febrero, normal para las escuelas privadas del país. Por esta razón, las escuelas tienden a crecer de año a año ya que los estudiantes se gradúan de un nivel escolar a otro, y también debido a los nuevos estudiantes que se inscriben en pre- jardín infantil y jardín infantil.

Una manera de reclutar estudiantes es hacer que la escuela sea más atractiva. En marzo, por ejemplo, la construcción estaba en marcha en una calzada en forma de herradura, donde los padres pueden dejar y recoger a sus hijos en frente de la escuela en vez en la calle concurrida en frente de la iglesia.

El camino de entrada y el espacio adicional del aula constituyen la primera fase de la construcción; la segunda fase incluirá la cafetería, una concina y aulas adicionales.

“Hemos trabajado año tras año con los recursos disponibles”, dijo Harlow, agregando que los equipos de las iglesias en los Estados Unidos hasta han ayudado con la construcción del edificio de la escuela y aún hay una necesidad.

No muy lejos de San Juan, también en Siguatepeque, el Rda. Vaike Madisson de Molina empezó una clínica de primeros auxilios que tres años más tarde se convirtió en una escuela de enfermería reconocida por el Ministerio de Salud. En el 2009, Allen le dijo a su clero que ellos necesitarían ver a sus comunidades y crear algo para dirigir a sus misiones hacia la auto-sostenibilidad, entonces de Molina, inspirada por la leyenda de Florence Nightingale se dirigió a la asistencia sanitaria.

El Centro Episcopal de Formación de Auxiliar de Enfermería Nightingale abrió en diciembre del 2011 y graduó a sus primeros 14 estudiantes en diciembre del 2013.

La Rda.  Vaike Madisson de Molina muestra  representaciones arquitectónicas para la escuela de enfermería a la Rda. Canóniga Lura Kaval, Canóniga de la diócesis para desarrollo. Foto: Lynette Wilson/ENS

La Rda.  Vaike Madisson de Molina muestra  representaciones arquitectónicas para la escuela de enfermería a la Rda. Canóniga Lura Kaval, Canóniga de la diócesis para desarrollo. Foto: Lynette Wilson/ENS

Teniendo en cuenta el éxito de la escuela,  de Molina tiene planes para un edifico de dos pisos que albergara aulas y un laboratorio junto a su iglesia San Bartolomé Apóstol, que trasladara la escuela fuera del salón de la parroquia.

“este proyecto, me encanta”, dijo ella durante una entrevista en su casa.  “Creo que Jesucristo está feliz… algunos miembros de la iglesia son incluso estudiantes ahora”.

De Molina eligió la escuela de enfermería, ella dijo, en parte porque a ella le gusta la historia de Florence Nightingale, el fundador de la enfermería moderna, el cual ella piensa que encaja muy bien con la historia de la Iglesia Anglicana, pero además porque ella reconoce la necesidad de tener una clínica médica permanente en la comunidad. Al ver la escuela de una manera que pueda dar a las mujeres, muchas de ellas son madres solteras, y esto les brindaría un medio de mantenerse por sí mismas.

Josselin Flores, 18, es una de esas estudiantes. Flores trabaja en la iglesia y estudia en  la escuela de enfermería, mientras que su madre cuida a su bebe de 18 meses.

“Quiero tener una vida mejor y cuidar de los demás”, dijo Flores en una entrevista en la iglesia.

Sesenta por ciento de  los 7.9 millones de personas en Honduras viven al nivel de la pobreza, de acuerdo a las estadísticas del Banco Mundial. El promedio de adulto tiene 6.5 años de educación, de acuerdo a los datos del programa de Desarrollo de las Naciones Unidas.

Fundar una Universidad Episcopal en Honduras es una meta a largo plazo del Obispo, especialmente en un mundo después del 9/11 donde es cada vez más difícil para los estudiantes asegurar visas para estudiar en los Estados Unidos y el índice del cambio de moneda el Lempira de Honduras y el dólar americano ponen el costo fuera del alcance para la mayoría de los estudiantes que viene de un país de bajos ingresos.

“No solo es el compromiso del Obispo tener  el modelo reforzado de autosuficiencia y no el de la dependencia… las escuelas no solo desempeñan un papel enorme, pero es a través de la educación de la Iglesia Episcopal  que se está en condiciones de cambiar una nación”, dijo Robinson.

De su experiencia y viajes, Robinson no ha visto otro sistema de escuelas independientes equilibrado que de un rendimiento de alto nivel al invertir.

“Soy muy bendecido y afortunado al trabajar con casi 400 de las mejores escuelas en el mundo, incluyendo 40 escuelas episcopales, y viajar por todo el mundo y hablar de una gran variedad de temas”, dijo. “No sé de ningún lugar donde escuelas episcopales buenas y fuertes tengan un impacto en toda la nación. Honduras puede ser impactada por el sistema escolar y no digo esto ligeramente”.

– Lynette Wilson es una editora/ reportera para Episcopal News Service