La Iglesia Episcopal de Cuba adopta un plan estratégico de tres años

Por Lynette Wilson
Posted Mar 3, 2014
La Iglesia Episcopal de Cuba celebró su Sínodo General anual en La Habana del 21 al 23 febrero. Foto: Lynette Wilson/Episcopal News Service

La Iglesia Episcopal de Cuba celebró su Sínodo General anual en La Habana del 21 al 23 febrero. Foto: Lynette Wilson/Episcopal News Service

[Episcopal News Service – Habana, Cuba] La Iglesia Episcopal de Cuba tiene una clara visión en movimiento hacía su próximo trienio: ser una iglesia que unida en la diversidad, celebra, evangeliza, enseña, sirve y comparte el amor de Dios.

Llegar a esa visión ha sido “una experiencia muy enriquecedora”, pero a veces “algo difícil”, dijo la obispa Griselda Delgado de Carpio, durante una entrevista posterior al Sínodo General con la Episcopal News Service el 23 de febrero.

Para su plan estratégico del 2014 al 2016, la iglesia encuentra inspiración de la carta de Pablo a los Efesios, en concreto el capítulo 4, versículos 15-16: “sino que, siguiendo la verdad con amor, crezcamos en todo hacia aquel que es la cabeza: Cristo. De parte de él todo el cuerpo, bien concertado y entrelazado por la cohesión que aportan todas las coyunturas, recibe su crecimiento de acuerdo con la actividad proporcionada a cada uno de los miembros, para ir edificándose en amor”. Al final de los últimos tres años, el primer trienio completo de Delgado sirviendo como obispo, una visión más clara de la iglesia comenzó a desarrollarse tomando la evangelización como centro de escenario en la misión de la iglesia, ella dijo.

“A partir de ahí pudimos visualizar un plan concreto desde el cual tenemos que trabajar,” agregó.

Los objetivos del plan de tres años son los siguientes:

  • fortalecer el crecimiento de la vocación pastoral, el Ministerio Ordenado y el Ministerio Laico;
  • aumentar la sostenibilidad financiera a través de la mayordomía, la administración de proyectos y la exploración de otras fuentes nacionales;
  • aprovechar los espacios de reflexión y formación bíblica-teológica en lo local, arcedianal y diocesano, en temas de valores, ética, historia de la iglesia, espiritualidad y familia, utilizando nuestro liderazgo capacitado.
  • reforzar la visibilidad del quehacer de la iglesia dentro y fuera;
  • fortalecer la capacidad de gestión y organización (incluye la plantificación, control, evaluación y sistematización;
  • promover acciones pastorales de servicio y acompañamiento a personas y grupos  en condiciones de exclusión y vulnerabilidad, los ancianos, los que sufren de adicciones o son VIH positivas, y
  • obtener una mejor comunicación en toda la iglesia.

“Gracias a Dios que estamos obteniendo la participación de los jóvenes en la iglesia”, dijo. “Creemos que ellos no son sólo el futuro, sino el presente”.

Griselda Delgado del Carpio, posa con los niños después de la Eucaristía de clausura del Sínodo General. La iglesia en el plan trienal de Cuba prioriza la formación de los niños. Foto: Lynette Wilson / Episcopal News Service

Griselda Delgado del Carpio, posa con los niños después de la Eucaristía de clausura del Sínodo General. La iglesia en el plan trienal de Cuba prioriza la formación de los niños. Foto: Lynette Wilson / Episcopal News Service

Es por esa razón, agregó, que el plan se centra en la formación de los jóvenes, los niños y adolescentes y también aquellos en el camino hacia el sacerdocio que heredarán grandes responsabilidades.

“Sigo sorprendida por la tenacidad y el corazón misionero de la iglesia episcopal en Cuba”, dijo la Obispa Presidente Katharine Jefferts Schori en un e-mail a ENS.

“Ellos son un gran ejemplo para las congregaciones de la iglesia episcopal de lo que es el valor del desarrollo de recursos basado en la comunidad – valorando todos los dones que Dios ha provisto en este lugar, escuchar las necesidades de la comunidad en general, y colaborar para la misión y el ministerio. La obispa Griselda está dirigiendo un ministerio transformador en Cuba – Les insto a ir a ver si les es posible, desarrollar una asociación diocesana o parroquial, y aprender más. ”

Al Sínodo General anual de la iglesia episcopal de Cuba, realizado del 21 al 23de febrero en la Catedral de la Trinidad en La Habana, asistieron los episcopales y anglicanos de Estados Unidos y Canadá, incluyendo el arzobispo Fred Hiltz, primado de la Iglesia Anglicana de Canadá.

Durante su introducción a la convención, Hiltz describió a Delgado como “un gran embajador de Cuba, poniendo a la iglesia en Cuba en el mapa de la Comunión Anglicana de manera muy importante”.

Delgado fue instalado en noviembre del 2010, en sustitución al obispo Miguel Tamayo de la Iglesia Anglicana del Uruguay que sirvió a la Iglesia como obispo interino por seis años, y dividiendo su tiempo entre Montevideo y La Habana.

El obispo Julio César Holguín de la República Dominicana predicó durante la Eucaristía de clausura de la Asamblea General de la iglesia episcopal de Cuba. Foto: Lynette Wilson / Episcopal News Service

El obispo Julio César Holguín de la República Dominicana predicó durante la Eucaristía de clausura de la Asamblea General de la iglesia episcopal de Cuba. Foto: Lynette Wilson / Episcopal News Service

Después de la elección de Delgado, el obispo Julio César Holguín de la República Dominicana se convirtió en su mentor durante tres años, una relación que continúa de manera informal en la actualidad. Holguín encabezó una pequeña delegación, a Cuba del 18 al 25 febrero, para asistir a Sínodo General incluyendo a miembros de las diócesis compañeras.

La Diócesis de la República Dominicana tiene relaciones con unas15 diócesis compañeras con sede en los Estados Unidos, y en sí sirve como un complemento de la iglesia en Cuba, aunque de una manera más informal, “sentimental”, y como una expresión de solidaridad, dijo Holguín.

Pero la relación también ha adquirido un carácter práctico, por ejemplo, en la Convención General del 2009 la Iglesia Episcopal inició recortes en el presupuesto de $23 requeridos por la disminución de ingresos, lo que significó una disminución en las subvenciones a las diócesis de la Provincia IX y a los socios del pacto de la iglesia, incluyendo a Cuba.

Tras esa acción, el clero de la Diócesis de la República Dominicana se comprometió a dar el 1 por ciento de sus salarios, lo que equivale a alrededor de $3,000 Total, para ser compartido por el clero en Cuba, dijo Holguín, quien agregó que el salario mensual para el clero podría ser $7 o $8.

“Estábamos en una mejor posición que nadie para apoyar a la Iglesia en Cuba”, dijo. El presupuesto trienal de la iglesia episcopal asigna 106.000 dólares a la iglesia en Cuba.

El obispo Julio César Holguín de la República Dominicana y el arzobispo Fred Hiltz, primado de la Iglesia Anglicana de Canadá, hablan durante la hora del almuerzo del Sínodo General de la iglesia episcopal de Cuba. Foto: Lynette Wilson/Episcopal News Service

El obispo Julio César Holguín de la República Dominicana y el arzobispo Fred Hiltz, primado de la Iglesia Anglicana de Canadá, hablan durante la hora del almuerzo del Sínodo General de la iglesia episcopal de Cuba. Foto: Lynette Wilson/Episcopal News Service

Al igual que la iglesia episcopal en los Estados Unidos, la iglesia anglicana de Canadá ha tenido una larga relación con la iglesia episcopal de Cuba, dijo Hiltz

La Iglesia Episcopal de Cuba es una diócesis autónoma de la Comunión Anglicana, bajo la autoridad del Consejo Metropolitano de Cuba. El Consejo está presidido por Hiltz e incluye a Jefferts Schori y Arzobispo John Holder de West Indies. El concejal ha supervisado la iglesia en Cuba desde que se separó de la iglesia episcopal en los Estados Unidos en 1967.

En seis años y un medio que Hiltz ha servido en el consejo, dijo, a pesar de la dificultad continua, él ha visto mucha esperanza en la iglesia, así como un impulso hacia el desarrollo del liderazgo. Tener un obispo a tiempo completo ha ayudado, añadió.

“La iglesia aquí en Cuba no es una institución, sino un movimiento, un movimiento del evangelio”, dijo Hiltz.

El domingo antes de la convención, el 16 de febrero, Hiltz y otros visitantes de la iglesia anglicana de Canadá visitaron una iglesia en casa en Luyanó, un área pobre de La Habana, donde la congregación que estaba muy llena celebró el Día de San Valentín, intercambiando regalos prácticos de jabón y pasta de dientes, dos necesidades que pueden ser difíciles de encontrar en Cuba.

Después de la Eucaristía, la congregación llevó al grupo a la obra de su iglesia, que después la cual fue destruido hace 30 años por un huracán y se está preparando para una consagración del Domingo de Pascua.

En lugar de simplemente construir un lugar de culto, dijo Hiltz, el templo incluye clínicas médicas y cuidado de los ancianos y un centro comunitario.

“Uno tiene la sensación de que la iglesia está realmente en la comunidad, allí por el bien de la comunidad”, dijo Hiltz. “Al verlo en terreno enriquece mi entendimiento y ayuda en la manera en que los mantenemos en oración”.

En el ofrecimiento de la oración, el contexto hace la diferencia, añadió

Obispa de Cuba Griselda Delgado del Carpio y el obispo Michael Bird de la Diócesis de Niagara hablan después de una sesión de trabajo. Cuba y Niagara renovaron recientemente su relación de diócesis compañeras. Foto: Lynette Wilson / Episcopal News Service

Obispa de Cuba Griselda Delgado del Carpio y el obispo Michael Bird de la Diócesis de Niagara hablan después de una sesión de trabajo. Cuba y Niagara renovaron recientemente su relación de diócesis compañeras. Foto: Lynette Wilson / Episcopal News Service

En la iglesia anglicana de la diócesis de Niagara de Canadá, las 91 parroquias rezan semanalmente para las iglesias en Cuba, dijo el Obispo Michael Bird, cuando fue presentado en el sínodo.

La iglesia de Canadá proporciona apoyo a la Iglesia cubana apoyando los programas, el clero y los estipendios de la facultad del seminario y por medio de relaciones de compañerismo diocesano.

La Diócesis de Niagara, por ejemplo, recientemente renovó su relación de compañerismo de una década con la iglesia en Cuba por otros cinco años.

“Cuba es una especie de diócesis especial en la Comunión Anglicana, y nuestra asociación es una forma de expresar solidaridad y amistad, una expresión popular de eso”, dijo el Rdo. Bill Mous, director de la diócesis de la justicia, la comunidad y los ministerios globales.

La iglesia episcopal de Cuba remonta sus orígenes a una presencia anglicana a partir de 1901. Hoy en día hay unas 46 congregaciones y misiones al servicio de 10,000 miembros y de las comunidades en general. Durante la década de 1960, el gobierno de Fidel Castro comenzó a tomar medidas enérgicas contra la religión, encarcelando a los líderes religiosos y a los creyentes, y no fue sino hasta la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba en 1998, la primera visita de un Papa católico romano a la isla, que el gobierno comenzó un movimiento de regresión hacia la tolerancia de la religión.

La Revolución cubana, encabezada por Castro, comenzó en 1953 y duró hasta que el presidente Fulgencio Batista fue expulsado del poder en 1959. El gobierno anticomunista, autoritario de Batista, fue sustituido por un estado socialista, que en 1965 se alineó con el partido comunista. En 2008 Raúl Castro reemplazó en la presidencia a su convaleciente hermano.

Arzobispo Fred Hiltz, primado de la Iglesia Anglicana de Canadá, el obispo Julio César Holguín de la República Dominicana y el obispo Todd Ousley de la Diócesis del este de Michigan en procesión en la Eucaristía de clausura. Foto: Lynette Wilson / Episcopal News Service

Arzobispo Fred Hiltz, primado de la Iglesia Anglicana de Canadá, el obispo Julio César Holguín de la República Dominicana y el obispo Todd Ousley de la Diócesis del este de Michigan en procesión en la Eucaristía de clausura. Foto: Lynette Wilson / Episcopal News Service

Lo que sorprendió más al obispo Todd Ousley de la Diócesis del este de Michigan era la forma única de Cuba de ser anglicano.

“Lo que fue más sorprendente para mí fue el sentido de como estratégicamente contextualizaron la iglesia honrando con mucho cuidado su cultura cubana y fusionar eso con el anglicanismo,” dijo, y agregó que es claro en el plan estratégico que no sólo el liderazgo del obispo es importante, pero también la de los clérigos y los laicos.

También estaba impresionado, dijo, con el enfoque de la iglesia en temas de justicia y ayudar a los “más pequeños de estos”.

Obispo Miguel Tamayo Zaldívar, ex obispo interino de Cuba, y el obispo Ulises Aguero, obispo emérito de Cuba, durante la procesión de Eucaristía de clausura. Foto: Lynette Wilson / Episcopal News Service

Obispo Miguel Tamayo Zaldívar, ex obispo interino de Cuba, y el obispo Ulises Aguero, obispo emérito de Cuba, durante la procesión de Eucaristía de clausura. Foto: Lynette Wilson / Episcopal News Service

La experiencia de la Iglesia cubana con el socialismo y su entendimiento de que todos deben trabajar juntos en solidaridad sirve como un buen modelo para la iglesia en Norteamérica y América Latina, dijo Ousley

La superposición con el inicio del Sínodo General de la Iglesia, un grupo diverso de la misión Anglicana Episcopal – incluyendo personas de los Estados Unidos, México, Argentina, Chile, El Salvador – visitaron la iglesia de San Francisco de Asís, en Cárdenas, provincia de Matanzas, localizada, en auto, a unas dos horas del este La Habana. El grupo fue dirigido por el Rdo. Canónigo Juan Andrés Quevedo, el rector de la iglesia del Redentor [Church of the Redeemer] en Astoria, Queens, y un arcediano en la Diócesis de Long Island.

Fue la primera vez en 13 años que Quevedo, quien nació en la ciudad de Matanzas y que asistió al seminario evangélico local antes de estudiar en el Trinity College, en Toronto, Canadá, ha estado de vuelta en Cuba.

En el pasto junto a San Francisco de Asís hay bloques de cemento que se disponen ordenadamente en filas, casi como lápidas en un cementerio, sólo estaban allí para evitar que las bancas recién lijadas y manchadas de la iglesia tocaran la hierba.

El grupo de la misión necesitaba un proyecto de servicio que esté terminado dentro de una semana para que, junto con el Rdo. Aurelio de la Paz Cot, ellos decidieran que lo mejor sería repintar las bancas, mientras que para los transeúntes, los bloques de cemento bien ordenados y las bancas secas se veían muy curiosas.

“Para nosotros fue un evento de evangelización”, dijo de la Paz, quien fue un compañero de seminario de Quevedo en Matanza, y agregó que las personas cercanas, curiosas por el trabajo y trabajadores, pasaban por aquí y preguntaban: “¿Quiénes son estas personas? ”

Y más que eso, para de la Paz, fue una “experiencia maravillosa” y que significó mucho para él y su congregación que la gente utilice su tiempo de vacaciones y sus recursos personales para venir a Cuba, y conocer su cultura, su gente y compartir algo de sí mismos, con otra gente que están un poco aislados.

Para los que viajaron a la isla, la experiencia fue tanto de alegría y como de dolor, dijo Quevedo, con muchos de ellos comparando la experiencia de su propio país con los regímenes totalitarios y los altos niveles de pobreza.

“Han visto un lado de la pobreza que no está familiarizado con ellos”, dijo, durante una visita a una granja orgánica cerca de Cárdenas dirigido por el Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo. “Nuestros pobres son educados y eso los hace estar auto-conscientes de cómo vivir mejor, mientras que en sus países los pobres han sido golpeados hacia la desesperación”.

Esa conciencia de sí mismo también se puede ver en la forma en que la iglesia opera en Cuba.

“Es una iglesia muy cultural enraizada en la historia de Cuba”, dijo Carlos Austin, un seminarista de segundo año de la iglesia episcopal de Panamá.

La iglesia tiene un fuerte liderazgo, dijo, pero una de sus características más definitorias es la presencia  de la juventud.

“Los jóvenes realmente participan”, dijo Austin. “No es como en nuestros países, a lo mejor no son tan organizadas pero tienen la mano de obra”.

Como seminarista en el Seminario Evangélico de Teología de Matanzas, Austin pasa sus fines de semana sirviendo Cuatro Esquinas, una iglesia en Los Arabos, una comunidad a unos 65 kilómetros de distancia.

“Ellos son un ejemplo de lo que una iglesia debe hacer en una comunidad sabia,” dijo Austin, quien agregó que la iglesia sirve como un centro comunitario y dispensa medicinas y agua purificada. “El sacerdote y el liderazgo son vistos como ayuda; de donde yo vengo, nosotros [la iglesia] tenemos que aprender más acerca de la comunidad.

“Muchas veces parece que nos centramos en la evangelización hacia el interior, aquí no se centran en la evangelización, se centran en la misión y luego sigue la evangelización”.

Fue el Reverendísimo Julio Murray, obispo de Panamá, quien decidió que Austin asistiría al seminario en Cuba, en vez de Brasil, otra alternativa de Austin. Él es uno de los 17 seminaristas residentes, la escuela cuenta con 500 estudiantes de educación a distancia a través de Cuba.

El obispo quería que Austin estudiara teología en el contexto latinoamericano, y para Austin, al menos en un principio, le fue difícil porque la vida cotidiana en Cuba requiere fortaleza.

El transporte público en Cuba es limitado y puede tomar horas para recorrer distancias cortas, los bienes básicos como papel higiénico, jabón y pasta de dientes pueden ser difíciles de conseguir, independientemente de si se tiene o no el dinero para comprarlos, los salarios son bajos, con médicos que ganan menos de $20 al mes.

Si no fuera por la bondad de los miembros de la iglesia, dijo Austin, él ya se habría ido.

“Eso es lo que hizo la diferencia para mí aquí, la iglesia y la gente me acogieron”, dijo.

 – Lynette Wilson es una editora/reportera  para Episcopal News Service. Ella  estuvo en Cuba del 18 al 25 de febrero con una delegación dirigida por el bispo Julio César Holgún de la República Dominicana.


Comments (3)

  1. Diama Valdés says:

    Buen día. Me gustaría saber que relación guarda la iglesia anglicana con la episcopal; si son lo mismo o no. Gracias

    1. Lynette Wilson says:

      Si. Lo mismo, mas o menos.

  2. James Steevenson Lacroix says:

    Quiero saber que podría hacer para estudiar teología a Cuba soy seminarista de la iglesia episcopal Anglicana de Chile me gustaría estudiar a Cuba?

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