El TREC espera presentar una ‘visión audaz’ y propuestas específicas

Los aportes sugieren mantener los aspectos espirituales y abandonar la burocracia

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Dec 12, 2013
El Ven. Robert Franken, miembro del Equipo de Trabajo para ‘Reinventar’ la Iglesia Episcopal, le muestra al grupo una nube de palabras basada en las respuestas a la primera pregunta del proceso de participación del equipo de trabajo con la Iglesia. En la pregunta se le pide a los episcopales que reflexionen sobre su experiencia de la Iglesia, que elijan su “mejor recuerdo” y que lo expresen en tres palabras. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

El Ven. Robert Franken, miembro del Equipo de Trabajo para ‘Reinventar’ la Iglesia Episcopal, le muestra al grupo una nube de palabras basada en las respuestas a la primera pregunta del proceso de participación del equipo de trabajo con la Iglesia. En la pregunta se le pide a los episcopales que reflexionen sobre su experiencia de la Iglesia, que elijan su “mejor recuerdo” y que lo expresen en tres palabras. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

[Episcopal News Service – Linthicum Heights, Maryland] El próximo año por esta época, los miembros de la Iglesia Episcopal estarán enterándose de los cambios y planes que el Equipo de Trabajo para Reinventar la Iglesia Episcopal (TREC por su sigla en inglés) recomendará a la Convención General. Sin embargo, entre ahora y entonces, le queda mucho que hacer a los 26 miembros del grupo, incluido que varios miembros expresaron la necesidad de conectar propuestas específicas de cambio a una visión audaz de lo que las estructuras denominacionales pueden ser y hacer.

La labor del TREC comenzó después de que la Convención General en julio de 2012, por medio de la Resolución C095, pidiera que un equipo de trabajo “presentara a la 78ª. Convención General un plan para reformar las estructuras, el gobierno y la administración de la Iglesia”. El equipo de trabajo debe hacer público su informe a la Convención General a fines de 2014.

Katy George, que comparte la labor de coordinar el equipo de trabajo con el Rdo. Craig Loya, le dijo al grupo, al comienzo de su reunión de los días 6 y 7 de diciembre aquí en el Instituto Marítimo, en las afueras de Baltimore, que muchos miembros del equipo de trabajo han expresado el sentimiento de que “les gustaría llevarlo adelante y cerciorarse realmente de que estamos produciendo algo fantástico”.

George le dijo al grupo que ella piensa que será importante para el equipo de trabajo no sólo listar sus recomendaciones en su informe final, sino también explicarle a la Iglesia “nuestra visión holística en relación a cómo esperamos que la Iglesia avance en un nuevo rumbo, como un verdadera coordinadora interconectada, en lugar de una corporación”.

Y, agregó, el grupo debe ser capaz “realmente de hacerle patente a la Iglesia cómo [las propuestas del grupo] cambiarán la manera en que gastamos nuestros recursos, cómo invertimos nuestro tiempo, cómo tomamos decisiones y trabajamos juntos en la misión”.

Tom Little, miembro del Consejo, pareció anticipar el rumbo de la discusión para el resto de la sesión matutina cuando sugirió que en tanto el grupo toma en consideración propuestas específicas “podemos terminar modificando la visión”.

Comprometerse con el proceso de participación

Los miembros del grupo dedicaron la mayor parte de la sesión matutina del 6 de diciembre, que estuvo abierta al público, a discutir lo que han oído hasta ahora del “proceso de participación de la Iglesia”. El grupo creo un “instrumento de participación” que se publicó en su página web a mediados de octubre. Se puede descargar en inglés o español aquí, como un documento en PDF o PowerPoint, e incluye resúmenes, normas de participación, notas del coordinador [o facilitador], gráficas y otros materiales.

El instrumento [de participación] está concebido para usarlo en cualquier reunión local, diocesana o denominacional y cualquier persona puede dirigir las discusiones que suscite e informar de los resultados al equipo de trabajo. Existe también la oportunidad de participar por Internet, mediante una serie de cuatro preguntas.

El instrumento [de participación] está concebido para ayudar al equipo de trabajo a conocer “los recuerdos, esperanzas y sueños” que sus miembros tienen para la iglesia, según la página web del equipo. La fecha tope para enviar información es el 14 de marzo

Cerca de 190 agrupaciones e individuos han respondido por Internet a las cuatro preguntas, a veces con comentarios extensos. Todos esos comentarios aparecen al pie de la explicación del instrumento de participación en el enlace anterior. El equipo de trabajo ha recibido más respuestas por otros métodos, lo cual hace que el número de éstas se encuentre actualmente entre 260 y 280, según el Ven. Robert Franker, que, junto con el Rdo. Leng Lim, dirigió el equipo de trabajo durante un extenso debate de las respuestas recibidas hasta ahora.

El equipo de trabajo necesita más reacciones, dijo Franken, la respuesta hasta la fecha “nos da un panorama, pero aún no es todo el cuadro, y queremos cerciorarnos de que la evaluación que recibimos es la correcta”.

Algunos de los miembros del equipo de trabajo han respondido las cuatro preguntas que aparecen en la Internet, según los que alzaron las manos [afirmativamente]. Y no todos los que han coordinado a grupos que utilizaron el instrumento de participación han presentado los resultados al equipo de trabajo, apuntó Franken.

“¿Dónde están los datos, señores?”, preguntó Franken a sus colegas.

Sin embargo, muchos miembros del equipo de trabajo que han utilizado el instrumento de participación con algunos grupos informaron haber tenido profundas experiencias.

Cuando Sean Rowe, obispo de la Diócesis de Pensilvania Noroccidental, utilizó el proceso durante una convención diocesana, “No pude lograr que la gente parara de hablar”, dijo él.

El Rdo. Kevin Nichols dijo que comenzó a usar el instrumento de participación en su congregación, incluso con la clase de confirmación. “Todos los grupos se esforzaban en profundizar espiritualmente valiéndose de las imágenes que se presentaban”, explicó. “Al principio temía que tal vez podrá resultar demasiado simplista —que nuestras cuatro preguntas no eran lo bastante completas— pero con cada grupo percibí que se llegaba a una profundidad que ni siquiera imaginaba”.

Miembros del Equipo de Trabajo para ‘Reinventar’ la Iglesia Episcopal comienzan el 6 de diciembre a estudiar los aportes de la Iglesia al comienzo de su reunión de dos días en el Instituto Marítimo de Linthicum Heights, Maryland. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Miembros del Equipo de Trabajo para ‘Reinventar’ la Iglesia Episcopal comienzan el 6 de diciembre a estudiar los aportes de la Iglesia al comienzo de su reunión de dos días en el Instituto Marítimo de Linthicum Heights, Maryland. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Durante la sesión del 6 de diciembre, los miembros encontraron algunas sugerencias de cambiar las estructuras de la Iglesia en tanto sopesaban algunos comentarios verbales así como los resúmenes de todos los aportes que el equipo de trabajo ha recibido. También escucharon algunas sugerencias generales y específicas provenientes de los propios integrantes del equipo.

Esas propuestas se les presentaron como “provocaciones”, en palabras de Leng, en lugar de propuestas formales.

“Como una Iglesia inclinada a la legislación, cuando alguien dice algo, pensamos ‘cielos, me sumo a esto o no; ¿es ésta una recomendación que puedo apoyar?’ [y] luego bajamos el registro de votación”, advirtió él. “En verdad estamos exponiendo ideas  para que ustedes las prueben, las experimenten; no les estamos pidiendo que las compren, estamos pidiéndoles que las alquilen… confiamos en que algo va a aparecer”.

Joan Delano, consultora del equipo que trabaja pare el ClearLake Group como lo hace también Leng, resumió los aportes recibidos hasta ahora e hizo notar “un vigoroso sentido de la importancia de la liturgia, el ritual, la tradición y la historia” en los comentarios. “La fuerza del tema del misticismo resultó fascinante”, añadió.

Una de las preguntas del proceso dice “¿Qué cree usted que la Iglesia debería mantener y qué debería abandonar?”. Delano, que se encontraba enferma y no pudo participar de la reunión, reportó que las respuestas en cuanto a “mantener” “fueron en su inmensa mayoría sobre la parte espiritual” de la Iglesia Episcopal y las respuestas en lo tocante a “abandonar” “fueron en su inmensa mayoría acerca de la administración y el gobierno”.

“Los que respondieron, en una abrumadora mayoría, quieren reducir la burocracia y la carga administrativa” escribió ella. “Mi reflexión es que mantener el control consume muchísimos recursos, y que la gente percibe cuántos recursos podrían liberarse si la IE invirtiera menos en gobierno y administración”.

Si bien Delano informó haber encontrado unos cuantos comentarios de personas con “una opinión muy radical”, la Rda. Marianne Ell dijo que su pequeño grupo de los miembros del equipo de trabajo percibieron “alguna auténtica agresividad odiosa y pasiva” en algunas de las respuestas a la pregunta sobre [qué se debería] abandonar.

George le dijo al grupo que su experiencia con el equipo de trabajo la había llevado “a una formulación muy diferente del problema” que enfrenta la Iglesia. Dijo que ella había ingresado en el equipo de trabajo creyendo que el proceso de la Iglesia era “demasiado grande —costoso, enorme y difícil de manejar— y que eso forzaba a nuestro ‘producto’, nuestra misión, a ser demasiado pequeños”.

De hecho, agregó ella, en total se gasta muy poco dinero en gobierno y administración y “en realidad toda la misión se hace en otra parte”.

“Luego, lo que veo es que tenemos un proceso pequeño y estamos produciendo demasiado poco con él porque no estamos comprometiendo y facultando a toda la Iglesia”, afirmó. “De manera que nuestro trabajo no consiste en que ‘reduzcamos el proceso’, sino en que ‘reinventemos el proceso para producir un producto mayor’”.

Mary Gray-Reeves, obispa de la Diócesis de El Camino Real, dijo que “el mayor activo” de la Iglesia es la gente que se sienta en los bancos “y lo que hemos dicho y hecho es que el valor creativo debe pasar a través de eso que se llama los CCAB [sigla en inglés de comités, comisiones, agencias y juntas de la Iglesia] y ésa es la mentira que se perpetúa en este sistema jerárquico”.

George estuvo de acuerdo al decir “el asunto no consiste en reducir nuestra burocracia, consiste en repensarla de manera que desempeñe, naturalmente, un papel muy distinto; ése es el cambio radical que creo que debemos hacer”.

El resto de la agenda de la reunión

El equipo se reunió en privado durante la tarde del 6 de diciembre y estaba programado que comenzara a debatir posibles propuestas y a oír [el testimonio] de un subcomité sobre las implicaciones constitucionales y canónicas de cualquiera de esas propuestas. La sesión de la mitad de la jornada del TREC el 7 de diciembre será pública. Durante esa sesión, dijo George, el grupo decidirá sus pasos a seguir, entre ellos cómo comenzar a redactar su informe a la Iglesia. El equipo de trabajo espera emitir un comunicado sobre esta reunión —dirigido a la Iglesia— a principios de la semana del 8 de diciembre, dijo Loya a Episcopal News Service.

La página del TREC en Facebook se encuentra aquí y aquí está en Twitter con @ReimagineTEC, donde el grupo está usando #reimaginetec. El equipo de trabajo se comunicó periódicamente a través de Twitter durante la mañana del 6 de diciembre, resumiendo la tarea en la que se ocupaban los miembros.

La cobertura de ENS sobre la labor inicial del TREC se encuentra aquí.

– La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


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