El estado del racismo en Estados Unidos: mucho se ha progresado y mucho queda por hacer

Vigilancia, defensa de la justicia y conexión con la próxima generación se consideran claves.

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Nov 19, 2013
William F. Winter, ex gobernador de Misisipí, responde a una pregunta de Ray Suárez, moderador de Estado del Racismo. También participan de este panel Myrlie Evers-Williams, viuda del asesinado líder de los derechos civiles Medgar Evers, y Michael Curry, obispo de la Diócesis de Carolina del Norte. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

William F. Winter, ex gobernador de Misisipí, responde a una pregunta de Ray Suárez, moderador de Estado del Racismo. También participan de este panel Myrlie Evers-Williams, viuda del asesinado líder de los derechos civiles Medgar Evers, y Michael Curry, obispo de la Diócesis de Carolina del Norte. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

[Episcopal News Service – Jackson, Misisipí] El racismo está arraigado en la cultura de EE.UU. y, a pesar de haberse alcanzado un progreso sustancial, los estadounidenses deben mantenerse vigilantes a sus tendencias de excluir a los que definen como “el otro”, convinieron los participantes de la sesión de apertura —el 15 de noviembre— del foro “Cincuenta años después: el estado del racismo en Estados Unidos”, una reunión de dos días auspiciada por la Diócesis de Misisipí de la Iglesia Episcopal.

La historia humana ha sido la de una “expansión a tumbos” de las categorías que las generaciones anteriores utilizaban para definir y luego excluir, dijo la obispa primada Katharine Jefferts Schori en su discurso de apertura.

“Hay una buena nueva en el creciente cruce de las viejas fronteras; hay esperanzas de que se reduzca la capacidad de las generaciones más jóvenes en reconocer esas fronteras”, dijo ella. “No obstante, se precisa una continua vigilancia, comenzando con nuestras propias vidas íntimas”.

¿Cómo —preguntó ella— se encuentra uno con un extraño y hace conjeturas que influyen en la manera en que uno decide relacionarse con esa persona?

Diciendo que “el corazón humano es más grande que las cercas que tendemos entre nosotros”, Jefferts Schori definió la vigilancia como “una disciplina espiritual importante vinculada al examen de conciencia y al arrepentimiento”.

“Aprendan a ser vigilantes” concluyó. “Enseñen y laboren por la justicia, para que podamos llegar a ser la amada comunidad del pueblo del arco iris de Dios. Todas las familias, lenguas, pueblos y naciones reunidos ante el Cordero, [quien fuera] él mismo uno de los humildes y de los rechazados. Sueñen que ese mundo pueda llegar a constituirse aquí en la tierra y echen fuera el infierno para hacerlo nacer”.

A principios de esta semana la Iglesia Episcopal dio a conocer los resultados de una encuesta sobre las percepciones de discriminación racial que le encargó a Harris Interactive. La encuesta reveló que casi todos los estadounidenses (el 98 por ciento) perciben que existe al menos alguna discriminación en Estados Unidos en la actualidad. Sin embargo, más de ocho de cada 10 convienen en que, en el futuro, los estadounidenses serán más propensos a aceptar todas las razas, según resultados de la encuesta.

La reunión en Jackson tiene lugar mientras Estados Unidos conmemora o está a punto de conmemorar el 150ª. aniversario de la Proclamación de la Emancipación, el 50ª. aniversario de la Marcha sobre Washington, y el 50ª. aniversario del asesinato de Medgar Evers, un veterano de la segunda guerra mundial y activista de los derechos civiles que mataron a la entrada de su casa en Jackson, Misisipí, el 12 de junio de 1963.

Es difícil para los estadounidenses abordar el tema del racismo, dijo el moderador Ray Suárez, jefe de corresponsales nacionales de PBS que recientemente se incorporó a Al Jazeera America.

“Los intentos de hablar simple y directamente acerca de por qué y cuando la raza es un tema importante y cuándo no lo es se desestiman como [un intento de] recurrir al argumento racial, y al que lo aborda como un manipulador racial” le dijo él a los presentes.

Suarez añadió que los estadounidenses también tienen dificultades al hablar del progreso —incluso del progreso notable, sustancial e innegable— porque el peso de tanto que queda por hacer lo tenemos presente todo el tiempo”.

El programa de 90 minutos fue transmitido en vivo por Internet desde la catedral episcopal de San Andrés  [St. Andrew’s Episcopal Cathedral] en el centro de  Jackson, con la asistencia de unas 350 personas. Otras 300 localidades se conectaron a la transmisión por Internet al tiempo que miembros de muchas diócesis, congregaciones, seminarios y otros grupos se reunían para ver el programa a lo largo y ancho de Estados Unidos, algunos de los cuales se valieron de una guía para la discusión preparada para este foro.

En breve, la transmisión vía Internet podrá verse a solicitud aquí.

Myrlie Evers-Williams, la viuda de Medgar Evers, el líder de los derechos civiles asesinado hace cincuenta años, saluda, el 15 de noviembre, a dos de los participantes en la reunión sobre el estado del racismo que tuvo lugar en la catedral de San Andrés, de la Diócesis Episcopal de Misisipí, en el centro de la ciudad de Jackson. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Myrlie Evers-Williams, la viuda de Medgar Evers, el líder de los derechos civiles asesinado hace cincuenta años, saluda, el 15 de noviembre, a dos de los participantes en la reunión sobre el estado del racismo que tuvo lugar en la catedral de San Andrés, de la Diócesis Episcopal de Misisipí, en el centro de la ciudad de Jackson. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

La periodista Myrlie Evers-Williams, viuda de Medgar Evers, le dijo a la concurrencia durante un panel sobre el estado del racismo en la actualidad, que el racismo “fluye por las venas de Estados Unidos”.

“¿Cómo lo eliminamos? ¿Lo eliminamos o habrá que hacer continuos esfuerzos por reducir el nivel de racismo aquí?”, preguntó.

Hacer que los jóvenes participen —ayudándoles a aprender historia y prestando atención a sus ideas sobre un mundo mejor— es la clave. Dijo Evers-Williams. “Tenemos que inculcar en sus corazones y mentes que ésta no es la manera en que debemos comportarnos como seres humanos”, agregó.

En un día cuando el periódico local Clarion-Ledger llamó al ex gobernador de Misisipí William F. Winter un líder que aporta “honor [y] nobleza a la política”, Winter, de 90 años, dijo que el único modo de progresar contra el racismo es sosteniendo “discusiones sinceras” tales como el foro sobre el estado del racismo y “sacando a relucir esas cuestiones que preferiríamos no enfrentar”.

Winter, fundador del Instituto William Winter para la Reconciliación Racial, también se refirió a los jóvenes y dijo que él respalda los esfuerzos “para encomendarles el compromiso de crear una sociedad mejor y para entender que donde se encuentran ahora —hasta donde hemos llegado— donde están ahora, deja aún muchas oportunidades fuera del alcance de muchos jóvenes”.

“Debemos inculcar en una nueva generación de sureños y de estadounidenses la obligación —el deber— de no sucumbir al escepticismo y al cinismo que están tan extendidos por el mundo, sino a aceptar plenamente las bendiciones que provienen de ser ciudadanos de este país y de tener acceso a todas las oportunidades y recursos que conducen a una vida llena de sentido”.

Michael Curry, obispo de la Diócesis de Carolina del Norte, comparó al racismo en EE.UU. con la adicción, resaltando que los adictos que admiten su problema nunca dicen que ya no son adictos, dicen que se están recuperando.

“La razón por la cual debemos sostener este diálogo es que hay personas que niegan que somos adictos. Somos adictos de muchas maneras a los patrones raciales y a [otros] patrones de exclusión que agreden a los hijos de Dios”, afirmó Curry. “En una época pueden haber sido más explícitos; ahora son más sutiles y en consecuencia puede haber un negro en la Casa Blanca… y sin embargo puede haber leyes de supresión de votos que se están aprobando en muchos estados de Estados Unidos hasta el día de hoy”.

El racismo debe ser combatido de la misma manera que un cristiano combate el pecado, agregó, armándose de valor moral para llamarlo por su nombre, para oponérsele y luego “recurrir a los mejores ángeles de nuestra naturaleza para apostar a derrotarlo”.

Durante una segunda mesa redonda, en la que se debatió si hay esperanza para el cambio en el futuro de Estados Unidos, el representante del estado de Massachusetts, Byron Rushing, que también es líder de los derechos civiles y vicepresidente de la Cámara de Diputados de la Iglesia Episcopal, sostuvo que el “racismo es una invención; que el racismo es cultural… es aprendido”.

Byron Rushing, representante del estado de Massachusetts, líder de los derechos civiles y vicepresidente de la Cámara de Diputados de la Iglesia Episcopal, le dice a Ray Suárez, moderador del foro sobre el estado del racismo, que los episcopales deben ser contraculturales para hacerle frente al racismo. Lo escuchan Randy Testa, vicepresidente de educación en Walden Media; Erma J. Vizenor, presidente de la Nación Tierra Blanca de Ojibue, y el autor y educador Tim Wise. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Byron Rushing, representante del estado de Massachusetts, líder de los derechos civiles y vicepresidente de la Cámara de Diputados de la Iglesia Episcopal, le dice a Ray Suárez, moderador del foro sobre el estado del racismo, que los episcopales deben ser contraculturales para hacerle frente al racismo. Lo escuchan Randy Testa, vicepresidente de educación en Walden Media; Erma J. Vizenor, presidente de la Nación Tierra Blanca de Ojibue, y el autor y educador Tim Wise. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

“No estamos aquí para intentar lograr que la gente deje de ser prejuiciada; suponemos que todo el mundo tiene eso controlado”, dijo él provocando algunas risas en el público. “Lo que estamos tratando de decir es ¿de qué manera nosotros como cristianos, como un grupo particular de cristianos —episcopales— nos enfrentamos a la cultura? ¿Cómo nos convertimos  en contraculturales?”

Las personas que quieran cambiar esa cultura “tienen que hacer estallar el racismo”, afirmó Rushing.

“Pero yo no sé como hacer estallar el racismo en una país de 312 millones de personas donde casi nadie se reconoce racista”, replicó Suárez.

Rushing dijo que las personas tienen que estar atentos y vigilantes “de manera que todos, todos los aspectos de racismo que surjan, ya sean mayores o menores,  reciban una [adecuada] respuesta”.

Byron Rushing conversa con el Rdo. Mark Stevenson, misionero de la Iglesia Episcopal para la pobreza nacional, luego de la sesión de apertura del foro sobre el estado del racismo, el 15 de noviembre, en la catedral episcopal de San Andrés, Diócesis de Misisipí, en el centro de la ciudad de Jackson. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Byron Rushing conversa con el Rdo. Mark Stevenson, misionero de la Iglesia Episcopal para la pobreza nacional, luego de la sesión de apertura del foro sobre el estado del racismo, el 15 de noviembre, en la catedral episcopal de San Andrés, Diócesis de Misisipí, en el centro de la ciudad de Jackson. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Más tarde, cuando Suárez le preguntó a cada uno de los panelistas que describiera su impresión del futuro para Estados Unidos y el racismo, Rushing dijo que se sentía optimista, pero que estaba convencido de que las instituciones debían tomar la iniciativa. Por ejemplo, la Iglesia Episcopal ha estado luchando contra el racismo durante décadas y, agregó Rushing suscitando el aplauso: “logremos tan sólo que dos y medio millones de personas sean antirracistas”.

Durante la discusión de ese segundo panel, Erma J. Vizenor, presidente de la  Nación Tierra Blanca Ojibue, hizo notar que los indígenas solían constituir la mayoría de los habitantes de lo que ahora es Estados Unidos. En la actualidad hay 566 naciones y 5,2 millones de nativoamericanos que constituyen el 1,7 por ciento de la población de EE.UU. “y sin embargo somos invisibles”.

“Cuando hablamos de racismo, rara vez mencionamos a los nativoamericanos”, dijo ella.

Los nativoamericanos llevan consigo su historia de una manera singular, agregó Vizenor, y “si hemos padecido traumas, discriminación, prejuicios, que recurren muchas veces a lo largo de nuestra vida…Debemos concentrarnos en la reconciliación… y crear estrategias para restaurar y reconciliar”.

A pesar del hecho de que EE.UU. “no ha reconocido la verdad” respecto a lo que le hizo al pueblo indígena, Vizenor dijo que ella era optimista respecto al futuro.

“Creo en la bondad de la gente”, afirmó.

Randy Testa, vicepresidente de educación en Walden Media, dijo que el futuro depende de que los niños oigan las historias del movimiento de los derechos civiles y de otros empeños para eliminar el prejuicio. “Para los niños en particular… un relato convincente proporciona ante todo la complejidad, les permite sentir tanto como pensar”, dijo él.

Respondiendo a una pregunta de Suárez acerca del futuro, el educador Tim Wise, autor de las obras ColorblindWhite Like Me y Affirmative Action, dijo que él es optimista “porque estoy vivo; no hay otra alternativa, salvo renunciar”, y renunciar le impondría una carga demasiado pesada a hijos y nietos.

La reunión continuó el 16 de noviembre cuando líderes religiosos y educadores se reunieron para discutir los temas que se suscitaron en el foro del día anterior y crear currículos y herramientas [de aprendizaje].

Una bibliografía y otros recursos relacionados con el tema pueden encontrarse aquí.

– La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.