El Consejo expresa su ‘profundo pesar’ por los sucesos de la UTO

Hay esperanzas de ‘una nueva temporada de ‘compañerismo y cooperación’

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Oct 22, 2013

[Episcopal News Service – Chicago, Illinois] El Consejo Ejecutivo de la Iglesia Episcopal propuso formalmente el 17 de octubre intentar restañar las heridas que se produjeron durante la reciente controversia sobre el funcionamiento de la Ofrenda Unida de Gracias.

Los esfuerzos del Consejo incluyeron dos resoluciones y muchas declaraciones de apoyo al futuro de la UTO y sus relaciones con la denominación.

Además, la obispa primada Katharine Jefferts Schori le dijo al Consejo que ella y la presidente de la junta directiva de la UTO, Barbara Schafer, de la Diócesis de Nevada, estaban colaborando en una declaración conjunta que habría de dársele conocer a la Iglesia más adelante.

Steve Hutchinson, presidente del Comité Permanente Conjunto sobre el Gobierno y Administración para la Misión (GAM) del Consejo, dijo a sus colegas que las discusiones que su comité sostuvo con cuatro representantes de la UTO fueron “sustantivas, francas y productivas”.

Él caracterizó la actitud como de “firmísimo apoyo y grandes esperanzas de progresar —no de quedarse en el pasado, sino de avanzar conjuntamente”.

En una de las dos resoluciones del Consejo relacionados con la UTO, aprobadas el último día de su reunión del 15 al 17 de octubre en esta ciudad, los miembros “reconocieron con profundo pesar la ruptura de las comunicaciones y de la relación entre la junta de la Ofrenda Unida de Gracias y el liderazgo de la Sociedad Misionera Nacional y Extranjera” (DFMS).

Ellos “se comprometieron [a llevar adelante] un período de reconciliación y de renovación de todas las partes mediante un diálogo ponderado y leal para resolver los asuntos de gobierno y administración, al tiempo de honrar la promoción histórica de la UTO de una teología de la acción de gracias, de manera que la misión de la UTO pueda fortalecerse”.

Al mismo tiempo, los miembros se comprometieron “al continuo apoyo de la UTO a través de las ofrendas de acción de gracias de manera regular mediante las “cajitas azules” o de las ofrendas directas en las recolecciones de primavera y otoño” e invitaron a que toda la Iglesia Episcopal se les uniera [en este empeño].

“damos gracias por los años de servicio inspirador y profético a la denominación que han hecho la Ofrenda Unida de Gracias y generaciones de mujeres líderes, y esperamos celebrar el 125º. aniversario de esta importante labor en tanto procuramos la renovación de esta misión para las generaciones futuras”, concluía la Resolución GAM011.

El Comité Permanente Conjunto sobre la Misión Mundial del Consejo también presentó una resolución el 17 de octubre en que expresaba su acción de gracias por el ministerio de la UTO y apoyaba el avance de su obra. La Resolución WM015 respaldaba los Enfoques y Criterios de Subvenciones de la junta de la Ofrenda Unida de Gracias para 2014 (que aparecerán en la página web de la UTO el 1 de noviembre). Finalmente, la resolución también instaba a todos los episcopales a obtener y usar diariamente la Caja Azul de la UTO.

Las discusiones del Consejo las provocó la renuncia a principios de septiembre de cuatro miembros de la junta directiva de la UTO por lo que para algunos fue el controversial empeño de redactar un memorando de acuerdo entre la UTO y la Sociedad Misionera Nacional y Extranjera, así como unos nuevos estatutos para la histórica organización que según dijo Jefferts Schori tenían por objeto hacer que los procedimientos operativos estuvieran “en conformidad tanto con las leyes federales como las políticas de la DFMS”.

Hutchinson dijo durante la conferencia de prensa del mediodía del 17 de octubre que la más reciente controversia era “un poquito de acaloramiento sobre una relación francamente quebrantada, algunos de cuyos [motivos] probablemente datan de décadas, y algunos de los cuales son más recientes”.

Él también hizo notar que “no obstante 125 años de un extraordinario ministerio en la Iglesia, la Ofrenda Unida de Gracias como organización nunca se ha definido formalmente como una entidad de la Iglesia Episcopal, y eso ha provocado muchísima confusión en diferentes momentos de su historia y en alguna medida ha contribuido en algo al funcionamiento errático en su relación con otras partes de la Iglesia”.

Ahora, sin embargo, le dijo Hutchinson al Consejo, existe la esperanza de “una nueva identidad, una nueva temporada de compañerismo y cooperación”.

Él también le dijo al Consejo que un equipo de trabajo de los miembros de la junta directiva de la UTO y de miembros del GAM no tardarían en organizarse para continuar en el empeño de seguir adelante.

Hutchinson, que había participado anteriormente este año en la labor de la revisión de los estatutos y del memorando de acuerdo, había convocado una reunión a puertas cerradas el 15 de octubre con Schafer, la presidenta de la junta de la UTO; los recién nombrados miembros de la junta de la UTO: la Rda. Sarah Carver, de la Diócesis de Michigan Oriental y el Rdo. John Tampa, de la Diócesis de Carolina del Norte; así como Margaret (Peg) Cooper, presidenta del Comité de Subvenciones de la UTO, de la Diócesis de Misurí. Los cuatro habían sido invitados al primer día de reuniones del Consejo.

Hutchinson dijo al Consejo el 15 de octubre que él solicitaría la sesión a puertas cerradas porque “se trata de crear… un lugar seguro para una conversación muy franca”.

Los presentes, además de los miembros del GAM y los miembros invitados de la junta directiva de la UTO, fueron Jefferts Schori; la Rda. Gay Jennings, presidente de la Cámara de Diputados; la Rda. Heather Melton, misionera de la UTO; el obispo Stacy Sauls, encargado de operaciones del centro denominacional; Paul Nix, consejero legal del centro denominacional y Sally Johnson, canciller de Jennings.

Hutchinson había dicho que él quería crear “un lugar seguro para una conversación muy franca” que sería “descarnadamente sincera donde fuera necesario, [así como] compasiva y hospitalaria”.

La Ofrenda Unida de Gracias se creó en 1889 como la Ofrenda Unida de la Rama Auxiliar de Mujeres para la Junta de Misiones y fundamentalmente apoyaba la labor de las misioneras. La UTO posteriormente amplió su énfasis para incluir todas las áreas del quehacer de la Iglesia.

Las subvenciones de la UTO son financiadas en gran medida con el dinero que los episcopales depositan en las “cajitas azules” que ellos mantienen en sus casas y oficinas. Durante los últimos 124 años, la UTO ha otorgado subvenciones por el monto de $131.789.046,70, según un informe que aparece aquí.

La UTO sugiere que diariamente las personas deben orar y dar —echando algunas monedas en su Caja Azul—en reconocimiento de su diaria gratitud por lo que Dios les ha dado. A menudo, las personas a quienes la UTO llama “dadores agradecidos” suplementan sus contribuciones diarias antes de enviar el dinero a la UTO, ya sea individualmente o mediante un proceso conocido como recolecciones diocesanas. La UTO cree que las dádivas agradecidas unen espiritualmente a los dadores con las personas que se benefician de sus dádivas.

Durante la reunión de la junta directiva, del 25 al 1 de octubre, Melton dijo que las ofrendas a la UTO habían disminuido a lo largo de los últimos diez años.

En 2007, la UTO otorgó 91 subvenciones por un monto total de $2.401.906,70. En 2009, otorgó cerca de $2,1 millones en 63 subvenciones. Para 2013, la UTO concedió 48 subvenciones por un total de $1.517.280,91. La lista completa de subvenciones puede encontrarse aquí.

El Consejo Ejecutivo pidió en 2008 que un grupo de estudio sobre la  UTO esclareciera la relación legal de la Sociedad Misionera Nacional y Extranjera (la DFMS es la entidad legal corporativa de la Iglesia) con la UTO.

Sandra McPhee, la primera presidente del grupo, hizo notar en ese tiempo que no existía nada por escrito que definiera la relación de la UTO con la DFMS, pese a que la UTO usaba el número de exención de impuestos asignado a la DFMS por la Superintendencia de Contribuciones (IRS), la cual espera que la DFMS “controle” a la UTO.

El comité del Consejo que propuso el grupo de estudio también hizo notar la disminución de ingresos de la UTO y se preguntó si el modelo de recaudación de fondos de la UTO y sus métodos de asignación de fondos necesitaba actualizarse.

El grupo de estudio de 2008 informó al Consejo y a la Convención General en 2012. El Consejo aprobó el informe del grupo en 2011 e incluyó una nueva serie de estatutos y solicitó un memorando de acuerdo entre la UTO y la DFMS. La Convención también adoptó el informe y los estatutos.

Jefferts Schori solicitó una reunión con los miembros de la junta de la UTO y con personal de la DFMS este pasado mes de julio. Durante esa reunión ella nombró un comité que colaborara con algunos miembros de la junta de la UTO para redactar un memorando de acuerdo y revisar los estatutos del grupo a fin de que estuvieran en conformidad con las leyes federales y la política de la DFMS que la Obispa Primada buscaba. Fue esa labor la que finalmente condujo a las renuncias de algunos miembros de la junta de la UTO.

– La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


Comments (1)

  1. Rvdmo. Carlos E. Lainfiesta says:

    Gracias por mantenernos al día con la información. Que Dios les bendiga.

Comments are closed.