Las congregaciones de Family Promise abren sus puertas para albergar a familias sin hogar

Por Sharon Sheridan
Posted Oct 17, 2013

Una de las familias albergada por el programa Family Promise del valle de Gallatin en Bozeman, Montana. La diácona episcopal Roxanne Klingensmith de la iglesia episcopal de Santiago [St. James] en Bozeman, ayudó al lanzamiento de la red interreligiosa en esa ciudad. Foto de Luca Photography.

Una de las familias albergada por el programa Family Promise del valle de Gallatin en Bozeman, Montana. La diácona episcopal Roxanne Klingensmith de la iglesia episcopal de Santiago [St. James] en Bozeman, ayudó al lanzamiento de la red interreligiosa en esa ciudad. Foto de Luca Photography.

[Episcopal News Service] Todo comenzó con un sándwich. Karen Olson trabajaba para Warner Lambert y había hecho uno de sus frecuentes viajes a Nueva York para una reunión almuerzo cuando se encontró a una vagabunda que estaba sentada en el exterior de la Gran Estación Central.

“A principio de los años ochenta en Nueva York, era difícil caminar una cuadra de la ciudad sin ver a alguien que estuviera viviendo en la calle”, recordaba Olson. “Yo pasaba de largo junto a las personas sin hogar, supongo que como todo el mundo”.

Esta vez, en lugar de seguir de largo, llevada por un impulso le compró un sándwich a la mujer y terminó conversando con ella. “Me dijo que no había comido desde el día anterior. Me enteré un poquito de su vida y de cierto modo se rompió una barrera. Hasta ese momento, yo sólo pensaba que uno no se acerca a [hablar con] vagabundos”.

De regreso a casa, Olson les contó a sus hijos de 10 y 12 años acerca de la mujer desamparada, cuyo nombre era Milly. Y ellos le respondieron: “Hagamos sándwiches y démoselos a las personas sin hogar de Nueva York.

“Durante un par de años” contó Olson, “cada dos domingos nos aparecíamos [en Nueva York] cargados de sándwiches y llegamos a conocer a las personas [que vivían en la calle] por sus nombres”.

Ella también comenzó a adquirir conocimiento acerca de la carencia de hogar y particularmente de los apuros de las familias desamparadas. Finalmente, se dirigió a la comunidad religiosa del condado de Union, en Nueva Jersey, donde ella residía. Cuando no pudieron dominar la logística para abrir un albergue, crearon un nuevo modelo: once iglesias y una sinagoga se pusieron de acuerdo para alimentar y albergar a familias sin hogar durante una semana en rotación, en tanto la YMCA de Elizabeth ofreció espacio para un centro de acogida diurno para las familias. Un vendedor de autos de la zona les ofreció en descuento una furgoneta para transportar familias entre el centro y las congregaciones anfitrionas. Y así nació la primera Red de Hospitalidad Interreligiosa, en octubre de 1986.

“Para mi sorpresa, se aparecieron cientos de voluntarios que querían provocar un cambio significativo”, dijo Olson. Esa red no tardó en convertirse en múltiples redes.

“Nunca en verdad me propuse comenzar una organización”, afirmó Olson. Pero este año, esa organización que ella no se propuso comenzar, y que ahora se llama Family Promise, celebra su 25º. Aniversario de haberse con vertido en un programa nacional que ofrece, en todo el país, “albergue, comidas y apoyo de vivienda y empleo a más de 49.000 familias sin hogar anualmente”, según la página web de la organización.

Con Family Promise participan 6.000 congregaciones —alrededor de un 8 por ciento de ellas episcopales— y 160.000 voluntarios en 41 estados, dijo Olson. “Virtualmente todas las religiones participan. Hay algunas estupendas asociaciones de diferentes religiones que trabajan juntas en comunidades locales”.

ens_101013_girlattable_spEn Florida, Family Promise del Condado de South Palm Beach incluye a congregaciones cristianas, judías y musulmanas.

“La genialidad de Family Promise es que uno ve el poder de Dios que opera sin restricción a través de esta red de congregaciones, todas las cuales responden al llamado a servir a los más vulnerables entre nosotros”, dijo el Rdo. Andrew Sherman, rector de la iglesia episcopal de San Gregorio [St. Gregory’s] en Boca Ratón. “Como pueblo de Dios, todos respondemos en unanimidad para asistir a los más vulnerables. Para mí, teológicamente, es en verdad una lección sobre reino de Dios”.

Veintitrés congregaciones apoyan la red, 11 de las cuales ofrecen albergue a 14 personas durante una semana unas cinco veces al año. San Gregorio ha dedicado una residencia de sus instalaciones al programa, de manera que algunas congregaciones que no pueden alojar familias en sus propios sitios, fungen como “anfitriones”, en tanto sus clientes sin hogar se albergan en la casa de la iglesia episcopal.

La iglesia episcopal de San Pablo [St. Paul’s Episcopal Church] en Delray Beach y la capilla episcopal de San Andrés [Chapel of Saint Andrew Episcopal Church] en Boca Ratón también son congregaciones anfitrionas, en tanto San Mateo [St. Matthew’s Episcopal] en Delray Beach y San José [St. Joseph’s Episcopal Church] in Boynton Beach son congregaciones de apoyo a la red

“Ahora mismo nuestra residencia se está usando probablemente unas 30 de las 52 semanas [del año]”, dijo Sherman. Esto no sólo les permite participar en el programa a las congregaciones que no cuentan con instalaciones de albergue, sino que también les ofrece alguna continuidad de viviendas a familias que de otro modo estarían mudándose todas las semanas, explicó.

“No estoy acostumbrada a estar en un lugar diferente cada semana”, dijo Brenda Gery, cliente de Family Promise del Condado de Warren que está hospedada en la iglesia episcopal de San Lucas [St. Luke’s Episcopal Church] en Phillipsburg, Nueva Jersey. “No estoy acostumbrada a este tipo de situación. … Es difícil estar con personas que uno ni siquiera conoce”.

Gery, de 52 años, había estado viviendo en las iglesias de Family Promise durante cuatro meses. Estaba fuera de su alcance quedarse en la vivienda subsidiada donde había vivido durante nueve años, luego de que perdiera su empleo de cajera.

Esa noche, esperaba ver a su hijo de casi 16 años, que está quedándose con familiares en Phillipsburg. Él juega béisbol y aún le faltan dos años de escuela secundaria. “Quiso quedarse en Phillipsburg con sus amigos”, explicó ella. Otro hijo, de 18 años, vive por su cuenta en Pensilvania.

“La gente de la iglesia ha sido muy buena. Eso facilita un poco las cosas”, agregó. Ella está contando los días a la espera de la semana que ha de pasar en la iglesia de la Alianza en Phillipsburg , a la que ella solía asistir.

Otra madre soltera, Colleen Dolce, a punto de cumplir 24 años, estaba pasando su segunda noche en San Lucas con sus hijas Ryleigh, de 3 años, y Sophia, de 18 meses. Ella estuvo dando un poco de tumbos, particularmente durante los últimos dos meses, antes de conectarse con Family Promise. Según dijo Olson, alrededor del 60 por ciento de los clientes de Family Promise son niños, la mayoría de ellos menores de 6 años.

“A ellas les afecta mucho más de lo que me afecta a mí”, dijo Dolce refiriéndose a sus hijas. “Creo que ellas se han apegado mucho a mí. He sido, literalmente, lo único estable que tienen. Lo bueno es que son pequeñas. Supongo que en el momento en que todo haya pasado no se acordarán mucho de esto”.

Hay que hacer un montón de malabarismos. Una furgoneta transporta a su familia, ida y vuelta, hasta el centro diurno de Family Promise, desde donde ella conduce hasta la [casa de una] niñera para luego seguir para su trabajo en Dunkin’ Donuts. Cada lugar está distante de los otros, y ella está a la busca de horarios compatibles y de ayuda de una guardería infantil.

“Todas las personas del centro diurno han sido realmente amables”, afirmó.  Los servicios disponibles incluyen una ducha y un vestidor, lavadora y secadora, cocina, computadoras para las búsquedas de empleo y un cuarto de juguetes para los niños.

De regreso a la iglesia, los voluntarios ofrecen cena y desayuno y se quedan la noche entera con los huéspedes. Esa noche, Kathleen Scala había preparado una cena de espaguetis y estaba comiendo con las familias.

“Simplemente debo dar donde es necesario dar”, dijo. “Si cocino en casa, ciertamente puedo cocinar desde aquí.

El ministerio hace buen uso del espacio de la iglesia para cubrir una necesidad, agregó. Uno quiere, como iglesia, llegar a la comunidad”.

Los voluntarios pasan tiempo con sus huéspedes en las congregaciones asociadas con Family Promise, brindándoles alimentos, amistad y alojamiento para pasar la noche.

Los voluntarios pasan tiempo con sus huéspedes en las congregaciones asociadas con Family Promise, brindándoles alimentos, amistad y alojamiento para pasar la noche.

Sherman ayudó a inaugurar un programa de Family Promise en el condado de Palm Beach luego de descubrir que no había ni un solo albergue para personas sin hogar, pese a tener más habitantes que Rhode Island. “Las personas sin hogar venían a nuestra puerta en la iglesia, y uno trataba de ayudarlas. Sencillamente había que salvar una brecha enorme, tanto en lo que respecta a las necesidades como a la falta de servicios

La red de Family Promise está ayudando a suplir esas carencias. Desde 2008, según un informe a la reunión anual de la red en enero, “Family Promise ha proporcionado más de 10.000 ‘noches de albergue’, 30.000 comidas y 83.000 horas de trabajo de 1.100 abnegados voluntarios. Una personal asalariado de tres individuos, auxiliado por voluntarios ‘expertos’, mentores y congregaciones participantes, ayudó a las familias a mejorar la crianza de sus hijos y a fijarse un presupuesto, al tiempo de encontrar cursos de capacitación, empleos, vivienda, atención infantil y transporte. Mientras el número de graduados del programa asciende ahora a 180 adultos y niños, Family Promise [local] ha alcanzado una envidiable tasa de éxito de aproximadamente un 85 por ciento, ligeramente superior al 80 por ciento de promedio que tiene la organización Family Promise nacional”.

Sherman hizo notar que “se necesita una ‘aldea’ de congregaciones para hacer pasar a una familia sin hogar del desamparo a la estabilidad, y [eso ocurre] realmente mediante la conexión de todos los servicios”.

E implica la participación de muchísimos voluntarios.

En San Gregorio, más de 100 voluntarios ayudan a lo largo de todo el año, dijo Sherman. “Normalmente, se requiere [la participación] de unos 75 para una semana de hospedaje, cuando uno le añade todos los trabajos de cocinar, albergar, recibir, lavar la ropa de cama”.

La familia promedio estuvo con las congregaciones de Family Promise durante nueve semanas el año pasado, informó Olson.

En Bozeman, Montana, la iglesia episcopal de Santiago [St. James Episcopal Church] fue la primera en apuntarse para llegar a ser una parroquia de acogida con Family Promise del Valle de Gallatin, gracias al ímpetu de la “madre fundadora” de la red, la diácona Roxanne Klingensmith. “Ha sido un viejo anhelo para nosotros el hacer algo por las personas sin hogar de Bozeman, las cuales siguen siendo bastante invisibles”.

Tomó 18 meses llegar a organizarse, desde captar congregaciones a recaudar fundos y adiestrar voluntarios, dijo ella.

A partir de su lanzamiento en 2006, hasta abril de 2013, la red interreligiosa ha albergado a más de 100 familias, según informa su página web. Doce congregaciones anfitrionas y 11 congregaciones asociadas, y 1.500 voluntarios, han concluido las dos horas de entrenamiento que se requieren para ofrecerle servicios directos a los huéspedes.

La idea de ayudar a familias desamparadas atrajo particularmente a la gente, dijo Klingensmith. “La razón por la que sabíamos que funcionaría era porque incluía a niños. Cuando se habla de niños sin hogar, eso capta la atención de la gente”.

[La iglesia de] Santiago hospeda a familias en su antigua rectoría unas nueve veces al año. A las familias “les encanta porque es un ambiente hogareño y tiene dormitorios y dos baños completos y cocina y comedor”, explicó Klingensmith.

“En cuanto a [los miembros de] la congregación, lo que significa es que logran participar de cerca”, dijo ella. “Creo que lo que hacen es vivir el evangelio”.

“Esto les dio una oportunidad de, en verdad…ser portadores del amor de Cristo”.

– Sharon Sheridan es corresponsal de ENS. Traducido por Vicente Echerri


Comments (1)

  1. Maria Baez says:

    Por Favor, necesito me proporcionen informacion en relacion a la localidad y requerimientos para que una familia de tres personas pueda tener por un corto tiempo, albergue. Es sumamente apremiante esta situacion, gracias anticipadas por su respuesta.

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