‘Escuchando al Espíritu’ un equipo de trabajo está reinventando la Iglesia

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Jul 29, 2013

[Episcopal News Service] En julio del año pasado, la Convención General desbordaba lo que uno de los dos convocantes del Equipo de Trabajo para Reinventar la Iglesia Episcopal  llama “una extraordinaria y unánime energía tendiente a reformar nuestras estructuras de gobierno y administración”. Ahora, un año más tarde, ese equipo de trabajo creado por la Convención se enfrenta a la enorme tarea de canalizar esa energía en recomendaciones específicas aceptables en la próxima reunión de la Convención.

Apenas con poco más de cinco meses dedicados a su labor formal, el grupo sabe que “simplemente cambiar las cosas por amor al cambio no va a resultar particularmente efectivo ni útil a la Iglesia”, según el Rdo. Craig Loya que, con Katy George, es uno de los dos convocantes del grupo.

La última reunión del equipo de trabajo fue del 12 al 13 de julio. Luego de la reunión, George y Loya conversaron juntos con ENS acerca de lo que ha sido la labor del equipo de trabajo hasta ahora y sus planes y esperanzas para la trayectoria de su quehacer en los próximos meses

“El equipo de trabajo participa en un proceso profundamente espiritual en el que no sólo intentamos repasar un ejercicio de cambio organizacional, burocrático y estructural, sino en el que realmente estamos intentando escuchar la manera en que el Espíritu Santo llama a la Iglesia en este momento”, dijo Loya. “Por supuesto, 24 personas no pueden hacer eso por sí solas; eso es en verdad un proceso de toda la Iglesia de escuchar al Espíritu”.

Y, dice George, el equipo sabe que existe un antecedente mediocre [de trabajo] en la Iglesia Episcopal en contra al cual el equipo va a enfrentarse.

“Ha habido intentos de hacer mejoras a las estructuras y el gobierno denominacionales en el pasado y hay probablemente más ejemplos de cosas que han sido rechazadas por el voto de la mayoría o que no han tenido el impacto que la gente esperaba, que de grandes éxitos”, apuntó.

Loya sugirió que esos resultados se debían a que “como Iglesia nunca hemos tratado de articular una amplia visión en pro de lo que la organización denominacional se supone que lleve a cabo para promover la misión y el ministerio de la Iglesia de una manera verdaderamente específica, verdaderamente deliberada”.

(Un resumen de empeños anteriores puede encontrarse aquí en la Sección IV del “Informe provisional de la Estructura de la Iglesia Episcopal para un Comité de Ensayo”)

Por tanto, el equipo de trabajo tiene el propósito de forjar una visión de lo que la denominación debería de hacer y, por consiguiente, ser, y propone una manera holística de llegar hasta ahí. Las propuestas, dijeron George y Loya, estarán orientadas por una serie de principios que el equipo de trabajo intenta someter a prueba en el terreno denominacional.

George es una economista que dirige la oficina de Nueva Jersey de McKinsey & Co., una firma de asesoría gerencial mundial. También ha servido en la junta directiva de Ayuda y Desarrollo Episcopales. Loya, hasta hace poco canónigo del ordinario de la Diócesis de Kansas, está a punto de convertirse en deán de la catedral de Omaha, Nebraska.

Cómo comenzó el equipo de trabajo y cómo funciona
En julio de 2012, la Convención General, mediante la Resolución C095, solicitó que un equipo de trabajo “presentara a la 78ª. Convención General un plan para reformar las estructuras, el gobierno y la administración de la Iglesia”.

La obispa primada Katharine Jefferts Schori y la presidente de la Cámara de Diputados, Rda. Gay Clark Jennings, nombraron el equipo de trabajo luego de solicitar nominaciones y recibir más de 500.

En la primera reunión del grupo en febrero, los miembros decidieron cambiar el nombre operativo del grupo, de equipo de trabajo para la reforma estructural de la Iglesia a Equipo de Trabajo para Reinventar la Iglesia Episcopal, una referencia al texto de la resolución de que la Convención General cree que el Espíritu Santo insta a la Iglesia Episcopal a reinventarse.

Resulta emblemático que el equipo de trabajo funcione de manera ligeramente diferente de la mayoría de los comités, comisiones, agencias y juntas de la Iglesia mediante un cambio de nombre, usando un modelo de liderazgo conjunto, intentando trabajar por consenso y operando en grupos de trabajo más pequeños que cambian con frecuencia. [Los miembros] esperan que su manera de funcionar siente pautas de nuevos modos de trabajar como Iglesia, dijo George.

“Probablemente a algunas personas fuera de nuestro equipo de trabajo les gustaría si tomáramos actas cuidadosas y cosas por el estilo y esa no es realmente la manera en que estamos funcionando”, agregó. “Estamos funcionando de una manera muy distinta y no es parlamentaria en absoluto”.

Ha habido ocasiones cuando “parece haber puntos de vista completamente diferentes respecto a algún tema y de repente alguien dice algo y… todo el mundo súbitamente ve el camino correcto a seguir… y de inmediato el ambiente se aligera, y avanzamos de una manera con la que todos percibimos que estamos profundamente comprometidos”, según explica George.

“De manera que no hemos tenido que plantearnos cómo votar o cómo resolver un conflicto, porque hemos podido esforzarnos en crear puntos de vista comunes. Y hay otras ocasiones en que hay personas en el equipo de trabajo que se sienten ligeramente fuera de su elemento, entre ellos Craig y yo a veces, pero estamos dispuestos a meter el hombro y ver adonde esto nos lleva, y nos lleva a algo bueno”, añade George. “Ha habido una dinámica muy buena en el equipo de trabajo y esperamos que podamos compartirla con el resto de la Iglesia”.

El equipo de trabajo se ha dividido en subgrupos con tiempo limitado para estudiar asuntos específicos e informarle al equipo la próxima vez que se reúna. Los líderes del grupo y George y Loya conversan cada dos semanas entre una reunión y otra para monitorear el progreso, dijeron los convocantes.

Tres de los primeros cuatro [sub]grupos, creados en la reunión de febrero y que informaron en la reunión de julio, estudiaron las actuales estructuras de gobierno y administración de la Iglesia, los empeños pasados para cambiar esas estructuras y la experiencia de otras organizaciones que llevan a cabo cambios importantes, y la identidad episcopal.  Un cuarto [sub]grupo comenzó a mirar la forma de crear una estrategia de participación denominacional.

Resúmenes de parte de esa labor puede encontrarse aquí. Otros de los grupos de trabajo informaron verbalmente en la reunión del Equipo de Trabajo para Reinventar la Iglesia Episcopal, (TREC por su sigla en inglés) del 12-13 de julio.

La labor hasta ahora
Una tarea fundamental para el grupo fue, al principio, decidir cómo interpretar el mandato contenido en la Resolución C095.

Los miembros discutieron lo que podría significar “reinventar” la Iglesia Episcopal y reformar sus estructuras, gobierno y administración. Y tomaron en consideración el problema de dónde la Iglesia cristiana se encuentra al presente, y dónde no, según George y Loya.

“Ya no es culturalmente normativo ser cristiano y muchísimas de nuestras estructuras de gobierno y administración y finanzas fueron creadas y erigidas para servir a una Iglesia [en un ambiente] donde era culturalmente normativo ser cristiano”, explicó Loya.

La Iglesia cristiana se enfrenta ahora al imperativo de “llevar la Iglesia al mundo, en lugar de esperar a que el mundo venga a nosotros”, agregó.

Y debe preguntarse qué clase de estructuras gubernativas y administrativas, que maneras de tomar decisiones y que modos de organizarse en comunidad servirán mejor a ese empeño, sugirió Loya.

Inevitablemente, cualquier conversación acerca de cambios culturales y de su impacto en la Iglesia —y cualquier conversación acerca de las implicaciones de esos [cambios] en la estructura de la Iglesia— se traduce en dinero y en la falta del mismo. Sin embargo, dijeron los convocantes, el equipo de trabajo percibe que ése es un énfasis erróneo.

“¿Es nuestra tarea fundamental resolver la manera de capacitar el modelo actual de la organización denominacional de la Iglesia Episcopal para que funcione con un nivel inferior de ingresos?”, preguntó George.  Creo que la respuesta sería ‘no, ése no es en absoluto nuestro papel fundamental’. Nuestro papel fundamental es concebir la manera en que la Iglesia surge y evoluciona en nueva formas —y eso está sucediendo en todas partes— cómo realmente garantizamos que las estructuras denominacionales y el gobierno de la Iglesia alienten esa evolución en lugar de retrotraer a la Iglesia a una era diferente cuando la dinámica de la iglesia local era bastante distinta”.

El grupo de trabajo percibe que no necesita inventar una “nueva respuesta misional” para este contexto cambiante, dijo George. Esa respuesta ya está surgiendo a través de la Iglesia “y seguirá surgiendo y evolucionando y cambiando a lo largo del tiempo”.

“Debemos garantizar que las estructuras y el gobierno denominacionales sean útiles y flexibles y adaptables según la Iglesia se adapta y cambia”, añadió.

Su resumen del papel del TREC, dijeron ellos, es la manera en que los miembros han llegado a entender el mandato de la [resolución] C095.

Los próximos pasos
Durante los próximos meses, el equipo de trabajo se ha subdividido en dos grupos. Un grupo se ocupa de la creación de “una forma resuelta y creativa de captar a diferentes agrupaciones de toda la Iglesia”, explicó George, de manera “que incorpore a la Iglesia en esta trayectoria con nosotros”.

Esperan tener listas las “herramientas y las propuestas” en el otoño para “comenzar realmente ese diálogo en serio”, dijo ella.

Algunas personas ya han hablado con el equipo de trabajo a través de su página web y su página de Facebook y su presencia en Twitter, y el equipo de trabajo quiere “aumentar la intensidad y el aliento de ese diálogo”, agregó.

El grupo se propone también acercarse a algunas agrupaciones dentro de la Iglesia por razones de su experiencia, así como a otros “que representan voces que con frecuencia no se escuchan ni dentro ni fuera de la Iglesia”, según un comunicado de prensa emitido después de la reunión de julio. El TREC proporcionará también algunos recursos de manera que cualquier agrupación local o regional pueda participar en el proceso de escuchar y de ofrecer aportes.

Otro subgrupo seguirá trabajando sobre los principios, al objeto de proporcionar una estrategia a partir de la cual se elaboren propuestas legislativas específicas.

El TREC se reúne nuevamente en persona los días 6 y 7 de diciembre en el Instituto Marítimo de Linthicum Heights, Maryland, en las afueras de Baltimore. Los miembros compartirán lo que hayan oído en el proceso de participación de la Iglesia y revisarán un borrador de los principios.

El equipo de trabajo hará pública su propuesta de principios y “comenzará a probarlos con grupos de la Iglesia mediante un diálogo denominacional”, dijo George, añadiendo que algunas de estas pruebas pueden tener lugar en el otoño.

También en diciembre, los miembros comenzarán el “proceso de muchos meses” de definir prioridades en torno a propuestas específicas y a qué propuestas específicas el equipo de trabajo sugerirá a la Convención, apuntó ella.

Comprometer a la Iglesia en la conversación
La Resolución C095 le pedía al equipo de trabajo que celebrara una “reunión especial” para recibir respuestas a cualesquiera recomendaciones que estuviera considerando enviar a la reunión de la Convención General en 2015. El equipo de trabajo habría de invitar de cada diócesis al menos a un obispo, a un diputado laico, a un diputado clerical y a una persona menor de 35 años.

Se observó por lo general, durante la Convención de 2012, que la C095 concebía una reunión semejante a la consulta denominacional convocada en marzo de 2011 por la Comisión Permanente sobre Liturgia y Música para discutir su quehacer sobre las bendiciones de parejas del mismo sexo. Sin embargo, en tanto esa reunión incluyó a unas 200 personas, la que bosquejaba la C095 exigiría cerca de 500 participantes, dijo Loya.

“La realidad es que el presupuesto adoptado por la Convención General no incluyó los fondos para esa reunión que está mandada”, señaló él.

El equipo de trabajo ha dicho que costaría un aproximado de $450.000 celebrar tal reunión.

Además, el equipo de trabajo se habrá reunido tres veces, dos días cada vez, para fines de 2013. Cada una de esas reuniones también cuesta dinero.

Si bien la Resolución C095 solicitó $400.000 para cubrir todas las actividades del equipo durante el trienio, la Convención General aprobó (renglón 282 aquí) $200.000 específicamente para la reunión y asignó $630.000 para que se dividieran entre todos los comités, comisiones, agencias y juntas de la Iglesia, incluido el equipo de trabajo.

El equipo de trabajo solicitó y recibió una subvención de $150.000 de la Iglesia de la Trinidad de Wall Street y Loya le dijo a ENS que “también estamos discutiendo otras maneras de reunirnos… que puedan resultar útiles para inspirar nuevas formas de reunirse en la Iglesia”.

“Todos nosotros queremos hacer todo lo que podamos, ya que tenemos que rendir cuentas a la Convención General, para cumplir nuestro mandato”, dijo. “Al mismo tiempo, si el mandato no cuenta con recursos nos quedamos en esa difícil posición”.

Independientemente de la forma final de cualquier encuentro o encuentros personales que el TREC organice con la Iglesia, dijo George, el equipo de trabajo está “deseoso de …relacionarse con tantas personas de la Iglesia como sea posible respecto a estos temas”. Loya añadió que el equipo de trabajo está comprometido a “ser tan abierto y transparente” como sea posible.

“Lo que en verdad estamos empeñados en evitar es ser un grupo de 24 personas que se encierre en un cuarto por un par de años y luego se aparezca con toda clase de propuestas de cambio”, subrayó Loya. “Lo que realmente queremos, mucho más que eso,  es facilitar un diálogo en torno a la Iglesia”.

Además de cualesquiera que sean las partes finales del proceso de participación de toda la Iglesia emprendido por el equipo de trabajo, Loya y George pidieron que los episcopales “se unan a nosotros en oración y en escuchar al Espíritu”.

La Resolución C095 pide que el informe final del TREC a la Iglesia, incluidas sus recomendaciones y cualesquiera resoluciones propuestas a la Convención, se dé a conocer en noviembre de 2014.

Cómo participar ahora mismo

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El TREC se encuentra en Twitter @reimaginetec y usa la identificación [hashtag] #reimaginetec

Puede dirigirse al TREC por correo electrónico en reimaginetec@gmail.com

– La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.