‘Peregrinación de la confianza’, La Comunidad de Taizé viene a la reserva de Pine Ridge

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Jun 3, 2013
Durante la “Peregrinación de la confianza en la tierra”, auspiciada por los hermanos de Taizé, que tuvo lugar del 24 al 27 de mayo en la reserva india de Pine Ridge en el sudeste de Dakota del Sur, los peregrinos se reúnen en la mañana, a mediodía y por la noche para orar un anfiteatro natural convertido en espacio de culto más abajo de la iglesia episcopal de Cristo en Red Shirt Table. Se sientan frente a varios iconos y una cruz que tiene de trasfondo el paisaje de las Badlands al oeste. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Durante la “Peregrinación de la confianza en la tierra”, auspiciada por los hermanos de Taizé, que tuvo lugar del 24 al 27 de mayo en la reserva india de Pine Ridge en el sudeste de Dakota del Sur, los peregrinos se reúnen en la mañana, a mediodía y por la noche para orar un anfiteatro natural convertido en espacio de culto más abajo de la iglesia episcopal de Cristo en Red Shirt Table. Se sientan frente a varios iconos y una cruz que tiene de trasfondo el paisaje de las Badlands al oeste. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

[Episcopal News Service – Red Shirt Table, Dakota del Sur] Peregrinos de todas partes del mundo acudieron del 24 al 27 de mayo a una calurosa y polvorienta extensión de la reserva india de Pine Ridge, una pradera limitada por las Black Hills y las Badlands para aprender acerca de la confianza y la reconciliación y a cómo ponerlas en práctica, así como a sobreponerse a los estereotipos, a crear amistades y a crecer en la fe.

Lo hicieron mientras cantaban música de Taizé armonizadas por alondras de la pradera y el ritmo de los grillos.

Y lo hicieron sin duchas ni electricidad y mientras trataban de evitar sentarse sobre un cactus, pisar una bosta de vaca o encontrarse con una serpiente cascabel.

Así, pues, la sencilla vida comunal de la Comunidad de Taizé en Francia vino a esta parte de Pine Ridge, que existe en una de las zonas menos desarrolladas de Estados Unidos y que incluye el condado de Shannon, uno de los más pobres del país.

El hermano Alois, abad de la Comunidad de Taizé en Francia, encabeza la salida de los fieles del anfiteatro natural que les ha servido de espacio de culto después de la Oración Matutina el 25 de mayo, que dio inicio al primer día de la “Peregrinación de la confianza en la tierra”, que tuvo lugar en la reserva india de Pine Ridge en el sudoeste de Dakota del Sur.  Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

El hermano Alois, abad de la Comunidad de Taizé en Francia, encabeza la salida de los fieles del anfiteatro natural que les ha servido de espacio de culto después de la Oración Matutina el 25 de mayo, que dio inicio al primer día de la “Peregrinación de la confianza en la tierra”, que tuvo lugar en la reserva india de Pine Ridge en el sudoeste de Dakota del Sur. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

“Espero que sus corazones se conmuevan”, dijo el hermano Alois, abad de la Comunidad de Taizé, refiriéndose a los peregrinos, durante una entrevista al comienzo de la peregrinación, “y que Cristo toque nuestros corazones para despertar dentro de nosotros el deseo de la reconciliación”.

O, como diría la voluntaria Mikayla Dunfee a un grupo de peregrinos recién llegados mientras les estaba impartiendo su orientación el 24 de mayo: “Sencillamente mantengan sus corazones abiertos; esto va a ser una aventura emocionante”

La reunión del 24 al 27 de mayo fue la primera peregrinación de Taizé a una reserva india y ésta ha sido sin duda el lugar más remoto en formar parte de la “Peregrinación de la confianza en la tierra” de los hermanos de Taizé que ellos definen como una reunión con Cristo y con los otros.

El hermano Emile, durante una entrevista en medio del bullicio causado por la llegada de casi 600 peregrinos, dijo que el escenario se parecía mucho a la naturaleza rural y aislada de Taizé en la campiña francesa pero “desde luego, las Badlands son más espectaculares”.

Pine Ridge tiene fama de ser un lugar inhóspito, y no sólo por su desnudez física, sino por su historia de sujeción y sufrimiento. No obstante, los hermanos y los jóvenes adultos que concibieron la energía potencial de esta reunión se sintieron atraídos por la belleza y la fuerza  que percibieron aquí.

Sin ignorar el sufrimiento, dijo el hermano Emile, “queremos también ser receptivos a la belleza que hay aquí¨, tanto en la geografía como en los corazones de la gente. “Cuando vamos a alguna parte, buscamos señales de esperanza; no para ignorar el sufrimiento, sino para buscar señales de esperanza”, añadió.

Lo que encontraron, dijo él, fue “a personas que han resistido, que están profundamente cimentados en su fe y que eso les hace ponerse en pie y desear acudir en ayuda de otros”.

“La Iglesia existe gracias a personas como ésas” añadió.

Mikayla Dunfee, voluntaria organizadora de la “peregrinación de la confianza en la tierra”, utiliza un mapa para orientar a un nuevo grupo de peregrinos y familiarizarlos con Red Shirt Table. Dunfee está a punto de terminar una temporada de residencia en una comunidad de la reserva Rosebud y se prepara para ingresar en la Escuela de Teología de Berkeley en Yale en el otoño. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Mikayla Dunfee, voluntaria organizadora de la “peregrinación de la confianza en la tierra”, utiliza un mapa para orientar a un nuevo grupo de peregrinos y familiarizarlos con Red Shirt Table. Dunfee está a punto de terminar una temporada de residencia en una comunidad de la reserva Rosebud y se prepara para ingresar en la Escuela de Teología de Berkeley en Yale en el otoño. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Los hermanos dicen que la reunión de Pine Ridge es importante porque, si bien las personas de fuera de América del Norte con frecuencia tienen una imagen romántica de los pueblos nativoamericanos provenientes de películas y novelas, existe otra historia, una historia de implacable pobreza, de violencia y de desesperanza. A los hermanos les dijeron más de una vez que las percepciones negativas de la reserva y de la gente que vive allí altera la percepción que tienen los residentes de sí mismos, dijo el hermano Emile.

Las
 estadísticas son escuetas y pasmosas: la tasa de desempleo es de un 80 por ciento y el 49 por ciento de los residentes de la reserva vive por debajo del nivel federal de la pobreza (el 61 por ciento de los que tienen 18 años o menos vive por debajo de ese nivel); la esperanza de vida promedio en la reserva se estima que sea de 48 años para los hombres y de 52 años para las mujeres en comparación con el promedio combinado [para ambos sexos] de 77,5 años en Estados Unidos; uno de cada cuatro bebés nacen con síndrome del alcohol fetal o con trastorno del espectro alcohólico fetal, y la mortalidad infantil es de un 300 por ciento más alta que en el resto de EE.UU.; el índice de suicidios es 150 por ciento más alto que el promedio de EE.UU.; el 50 por ciento de los adultos de 40 años o más padece de diabetes y los índices de tuberculosis son 800 por ciento más elevados que en el resto del país; aproximadamente el 58 por ciento de los abuelos de la reserva están criando a sus nietos.

Sin embargo, en medio de los estereotipos, existe otra realidad en Pine Ridge, dicen los hermanos.

Ciertamente, durante una discusión entre los peregrinos y los hermanos sobre la reunión de la última mañana, Shane LeClair, estudiante de cuarto año en Augustana College en Sioux Falls, Dakota del Sur y proveniente del lago Oso Blanco [White Bear Lake] de Minnesota, dijo “Desde afuera, muchísimos de nosotros vinimos habiendo oído historias acerca de la reserva y de esta tierra y de que hay personas que carecen de esperanza y están necesitadas de una razón para esperar y para tener fe”.

“Y lo que he experimentado y varias personas de mi grupo han experimentado es [que] es exactamente lo contrario. No hay falta de esperanza en esta tierra; no hay falta de fe. Creo que todos nosotros nos vamos de aquí con muchísima esperanza, que esta comunidad y está tierra nos han provisto”.

LeClair le agradeció a sus anfitriones lakotas por “permitirnos estar aquí y participar en esto con ustedes”.

El hermano Alois dijo en la invitación de los hermanos a la reunión que “queremos escuchar atentamente la historia del pueblo lakota, y escuchar juntos lo que el Espíritu nos dice a todos en nuestro intento de crear un mundo de solidaridad y de paz. Sólo por congregarnos pasando por encima de nuestras diferencias en un clima de oración y participación podemos encontrar nuevas maneras de avanzar”.

Stephen, uno de los hermanos de Taizé, hace sonar la campana que llama a los peregrinos a la Oración Matutina el 25 de mayo, durante la “peregrinación de la confianza en la tierra”, auspiciada por los hermanos de esta orden del 24 al 27 de mayo en Red Shirt Table, Dakota del Sur. Él está de pie cobre la cerca exterior del pequeño salón parroquial de la iglesia episcopal de Cristo. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Stephen, uno de los hermanos de Taizé, hace sonar la campana que llama a los peregrinos a la Oración Matutina el 25 de mayo, durante la “peregrinación de la confianza en la tierra”, auspiciada por los hermanos de esta orden del 24 al 27 de mayo en Red Shirt Table, Dakota del Sur. Él está de pie cobre la cerca exterior del pequeño salón parroquial de la iglesia episcopal de Cristo. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Raíces de la peregrinación

El ímpetu a venir a Pine Ridge comenzó en 2009, cuando un grupo de estudiantes universitarios de Dakota del Sur, entre ellos Tyson y Tyrone White, de la reserva india Cheyenne River, visitaron Taizé. Según la orden, ésta fue una de las primeras veces en que la comunidad invitaba a nativoamericanos a tomar parte en las reuniones internacionales de lo que se conoce como “la colina”.

El énfasis de Taizé en la reconciliación y la justicia encontró eco en los jóvenes lakotas. El encuentro fue “muy hermoso para nosotros”, dijo el hermano Alois, “porque nos vinculaba con una realidad que era remotísima para nosotros en Taizé. La realidad del pueblo nativoamericano es algo a lo que —pensamos— que teníamos que ponerle más atención”.

Las discusiones condujeron a una invitación al hermano John a visitar Dakota del Sur. Él vino en 2010 y de nuevo en 2011, invitado por el grupo, y se detuvo en la reserva de Pine Ridge y logró conocer a la familia Two Bulls en Red Shirt Table.

La familia Two Bulls finalmente ofreció la tierra en torno a la pequeña iglesia episcopal de Cristo, poco más de 3 kilómetros al sur de la aldea de Red Shirt, para que los peregrinos de Taizé levantaran su tienda y oraran. El Rdo. Robert Two Bulls Sr. ha sido sacerdote de esa iglesia, una iglesia a la que su familia ha estado vinculada durante generaciones. Él es el padre de otro sacerdote episcopal del mismo nombre que está establecido en Minneapolis.

La Rda. Rita Powell, que es la vicaria de la iglesia episcopal de San Pablo [St. Paul’s Episcopal Church] en Vermillion, Dakota del Sur, y coordinadora del ministerio para los jóvenes y de los jóvenes adultos para la Diócesis de Dakota del Sur, condujo a ese primer grupo de estudiantes a Taizé. Ella había pasado varios meses antes como voluntaria en Taizé luego de enterarse de la experiencia que había tenido con la orden un grupo de jóvenes a los que ella había ayudado en la iglesia episcopal de San Marcos [St. Mark’s Episcopal Church] en New Canaan, Connecticut.

“Ellos hicieron que sus padres les enviaran a Taizé todos los años —todos los años”, recalcó ella. Los adolescentes le dijeron que se sorprendieron cuando se dieron cuenta de que era el silencio [que reinaba] en Taizé lo que les atraía.

“Yo creía que Taizé era una especie de iglesia hippy, carente de estructura”, dijo Powell, pero cuando ella fue con el grupo de jóvenes y lo experimento por sí misma, se dio cuenta de que los hermanos eran muy ortodoxos. “Quiero decir que son monjes que cantan acerca de Jesús en latín tres veces al día”.

“Ellos encontraron un modo de ser a la vez muy auténtico para con la tradición y de alguna manera muy fresco”,  añadiendo que ella comenzó a creer que la actitud de Taizé complementa la de la Iglesia Episcopal “porque nuestra Iglesia es una Iglesia a la que le importa la liturgia y la tradición, y que cree posible que la obra del activista social tenga lugar en la oración”, tal como hace Taizé.

La visión reconciliadora de los monjes es “exquisita”, afirmó Powell, quien explica que Taizé responde a la pregunta de cómo las personas pueden encontrar un terreno común, preguntando a su vez “por qué no se sientan sobre el mismo suelo” y viven y oran juntas.

Y, explica Powell, los hermanos no sirven a clientes. En lugar de eso, ellos le piden a la gente —especialmente a los jóvenes— que vayan y les ayuden a edificar el reino de Dios ahora.

“No es tanto que la Iglesia responda a las necesidades de los jóvenes, como que los jóvenes pueden responder a las necesidades de la Iglesia”, subrayó ella.

Los hermanos alientan a los peregrinos a vivir lo que ellos han captado del Evangelio durante su experiencia en Taizé; y hacen esto, según la página web de la comunidad “con una mayor conciencia de la vida que mora dentro de ellos y de los gestos de solidaridad que pueden poner en práctica en su propio entorno inmediato… en tanto se mantienen en contacto con la realidad de la iglesia local”.

Durante un retiro, Powell dijo que había tenido lo que a regañadientes llama “una visión” de que las personas en Estados Unidos necesitaban la “energía y la sabiduría” de Taizé, de una manera que trascendía el simple uso de la música de la comunidad. Y ella empezó a creer que “podía establecerse una amistad” entre los hermanos y el pueblo lakota.

“Cristo nos congrega de todas las naciones, de todos los orígenes, en consecuencia encontramos muy hermoso que pudiéramos estar en comunidad con ellos”, dijo el hermano Alois, Y además “ellos nos invitaron a venir, y vinimos”.

Powell dijo que esperaba que los asistentes se fueran de Red Shirt Table “sintiéndose investidos, como el hermano Roger [fundador de Taizé] dijera una vez, no para huir de los retos, sino para salirles al encuentro”.

“En verdad, intentar edificar el reino en las iglesias y con las iglesias es una especie de acto de resistencia dentro de nuestra cultura convencional y algo realmente importante que hacer”, dijo.

(Powell se va de Dakota del Sur este verano para regresar a la costa del Este [de EE.UU.] donde se crió. Ha aceptado un llamado a ser la rectora auxiliar para el desarrollo congregacional en la iglesia de La Trinidad de la Plaza Copley [Trinity Copley Square] en Boston, y empieza a trabajar allí el 15 de julio).

Cerca de 600 peregrinos, la mayoría entre 18 y 35 años de edad, vinieron a la “peregrinación de la confianza en la tierra” convocada por los hermanos de Taizé en la pradera de Red Shirt Table, en la reserva sioux de Pine Ridge, Dakota del Sur. Y allí levantaron sus tiendas modernas alrededor de algunas más tradicionales. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Cerca de 600 peregrinos, la mayoría entre 18 y 35 años de edad, vinieron a la “peregrinación de la confianza en la tierra” convocada por los hermanos de Taizé en la pradera de Red Shirt Table, en la reserva sioux de Pine Ridge, Dakota del Sur. Y allí levantaron sus tiendas modernas alrededor de algunas más tradicionales. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Paul Daniels, voluntario del Cuerpo de Servicio Episcopal en Boston, quien proviene de la iglesia episcopal de San Ambrosio [St. Ambrose Episcopal Church] en Raleigh, Carolina del Norte, dijo que Pine Ridge fue su primer evento de Taizé, y en él encontró un terreno común entre la historia de su herencia afroamericana y la historia del pueblo lakota.

“Creo que Dios quiere que nos veamos en los demás; que ésa es nuestra manera práctica de trascendencia”, afirmó. “Saber que no estamos solos en esto y que el mundo es más grande que nuestra situación o nuestra gente… saber que un grupo en Dakota del Sur puede estar en alguna manera como yo o como mi familia. Creo que encontrar esas semejanzas es el primer paso para hermanar a las comunidades a fin de vivir realmente a la manera del Evangelio y comenzar una transformación y reconciliación radicales”.

Su experiencia le ha producido “una inmensa esperanza”, dijo Daniels.

Mary Glasspool, obispa sufragánea de la Diócesis de Los Ángeles y otra de los peregrinos, dijo durante una entrevista que ella había venido en busca de un modelo sencillo de reconciliación para las iglesias locales y los grupos comunitarios.

“Lo hacemos aquí y todo lo que hacemos son realmente cosas sencillas”, dijo. “Oramos juntos. Cantamos juntos. Comemos juntos. Sencillamente estamos juntos y nos aceptamos mutuamente más allá de las diferencias”.

Los frutos de la peregrinación serán difíciles de medir si el que mide anda en busca de pruebas de transformación concretas, reconoció Glasspool.

“La fuerza de esto radica en la sutileza de nuestra fe en que el Espíritu Santo está haciendo algo con nosotros aquí que dará frutos, y dará frutos independientemente de si alguien lo reconoce y lo define así”, dijo ella.

Llevar la ‘visión’ de la peregrinación a la vida
La tierra que rodea la iglesia episcopal de Cristo es bella y escabrosa —y carece de infraestructura. Se encuentra a unos 72 kilómetros al sureste del Monte Rushmore y se llega a ella a través de un camino polvoriento de alrededor de un kilómetro que parte de la Carretera 41 del Buró de Asuntos Indios. No tiene baños ni electricidad.

Los organizadores tuvieron que volverse creativos y afirmarse en el criterio de que la reunión no podía cancelarse. Tuvieron que estar dispuestos a privarse de algunas cosas, tales como duchas, y de recaudar dinero para la reunión de manera bastante singular.

Cerca de 30 letrinas portátiles se alineaban para los peregrinos, cada una de ellas con un letrero pegado en la parte interna de la puerta que decía: “La experiencia de este baño llega a usted gracias a…” seguido por el nombre de un donante tan cercano como Rapid City, Dakota del Sur, o tan lejano como Sammamish, Washington; Morgantown, Virginia Occidental, and Bronxville, Nueva York.

Las iglesias cristianas de la zona, y algunos grupos, entre ellos luteranos y jesuitas, así como episcopales de todas partes de la Iglesia, trabajaron juntos para preparar las condiciones para recibir a los peregrinos.

Abrieron una senda desde el cementerio de la iglesia hasta un anfiteatro natural con una vista del monte Red Shirt Table en las Badlands, que sirvió como lugar de oración para los peregrinos. Michael Two Bulls, que pasó una temporada en Taizé, dijo en una entrevista que tal cooperación y diálogo entre las iglesias y entre ellas y el consejo tribal era un nuevo ejemplo del tipo de diálogo que Taizé espera fomentar.

Chris Soukup revuelve una olla de carne de búfalo para el último almuerzo de la “peregrinación de la confianza en la tierra” de Taizé en Red Shirt Table, en la reserva sioux de Pine Ridge, Dakota del Sur. El consejo tribal de la nación oglala lakota donó dos búfalos para alimentar a los casi 600 peregrinos. El 27, Soukup y su esposa, Mary, que asistieron a la catedral del Calvario en Sioux, se unieron a Twila Two Bulls para cocinar lo que había quedado del día anterior. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Chris Soukup revuelve una olla de carne de búfalo para el último almuerzo de la “peregrinación de la confianza en la tierra” de Taizé en Red Shirt Table, en la reserva sioux de Pine Ridge, Dakota del Sur. El consejo tribal de la nación oglala lakota donó dos búfalos para alimentar a los casi 600 peregrinos. El 27, Soukup y su esposa, Mary, que asistieron a la catedral del Calvario en Sioux, se unieron a Twila Two Bulls para cocinar lo que había quedado del día anterior. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Twyla Two Bulls ayudó a coordinar las comidas que proporcionaron los lakotas locales. El Consejo Tribal Oglala Sioux apoyó el evento y donó dos búfalos para las comidas. Los animales se cocinaron [en fogones] a ras del suelo.

“Estamos aquí como peregrinos, no como turistas, de manera que aunque no estemos lo bastante cómodos como podríamos haber estado siendo turistas, como sería si nos quedáramos en un hotel o algo por el estilo, estamos aquí por una razón mucho mayor que la de visitar un lugar”, le dijo Dufee a su grupo. Estamos aquí para dar testimonio de que algo maravilloso ocurre dentro de nosotros”.

John Tarrant, el obispo de Dakota del Sur, que fue uno de los peregrinos, dijo “lo que realmente me gratifica respecto a este fin de semana es la energía —la energía positiva— la voluntad de los que lo organizan para resistir a las personas negativas”.

Tarrant agregó que la naturaleza agreste del escenario “contribuye a relacionar a las personas y la importancia de [reunirse en Pine Ridge] no es sólo en lo tocante a las relaciones de unos con otros, sino con la tierra. Eso hace de este evento algo único; no se da en un hotel o en una ciudad”.

El obispo, cuya diócesis tiene 47 congregaciones nativoamericanas, dijo que esperaba que la peregrinación sería “una exploración de lo que significa volver a estar en unidad los unos con los otros”, y con la tierra.

 

Luego del oficio de clausura, los peregrinos y los monjes llevan loma arriba sus improvisados bancos de bloques de concreto y de tablas de dos por cuatro desde el espacio de adoración creado en un anfiteatro natural al pie de la iglesia episcopal de Cristo. Algunos de los monjes pueden verse donde la senda tuerce a la derecha arriba. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Luego del oficio de clausura, los peregrinos y los monjes llevan loma arriba sus improvisados bancos de bloques de concreto y de tablas de dos por cuatro desde el espacio de adoración creado en un anfiteatro natural al pie de la iglesia episcopal de Cristo. Algunos de los monjes pueden verse donde la senda tuerce a la derecha arriba. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Concentrados en la próxima generación
La peregrinación a Red Shirt fue particularmente significativa para los jóvenes de 18 a 35 años, “una voz que rara vez se oye en la Iglesia o en la sociedad”, dijeron los hermanos de Taizé en su invitación a la reunión. Tarrant se hizo eco de ese sentimiento, llamando a ese grupo etario “la generación que la Iglesia está perdiendo: los jóvenes adultos”.

Leena Fofonoff, perteneciente a los skolt samis de Finlandia, es de los jóvenes adultos que sí asiste a la iglesia, pero dijo que era “maravilloso” participar de esta peregrinación en Pine Ridge.

“La fe significa mucho para mí” dijo ella en una entrevista. “No hay mucha gente joven en mi iglesia, de manera que voy a la iglesia con personas mayores. Aquí puedo conocer jóvenes que tienen la misma fe”.

Al preguntarle lo que se llevaría a casa de su peregrinación, Maureen Booher, una joven de la reserva india de Lower Brule, señaló por encima del hombro a Red Shirt Table y respondió “la oración; en verdad quiero conservar eso cuando vaya a mi propia iglesia, y las relaciones que se están haciendo”.

“Quiero atraer a mis amigos a esto, pero estoy segurísima de que va a ser difícil”, agregó.

Taizé Pine Ridge es parte de un proceso más grande
El evento de Red Shirt tuvo lugar a los 18 meses de un proceso de tres años y medio que el hermano Alois ha llamado un empeño para forjar una nueva solidaridad entre las personas del mundo “que pueda congregar a todos los que son peregrinos de la paz, peregrinos de la verdad, sean creyentes o no creyentes” y que se propone “capacitar a jóvenes de todos los continentes para movilizar sus energías, y juntar sus anhelos, intuiciones y experiencias”.

El empeño concluirá en agosto de 2015 con una reunión importante en Taizé que también celebrará el 75º. Aniversario de la fundación de la orden y lo que habría sido el centenario del fundador de la comunidad, el hermano Roger. Una rumana de 37 años, que luego se comprobó que estaba mentalmente enferma, mató a puñaladas al hermano Roger durante una oración vespertina en Taizé el 16 de agosto de 2005.

Un pequeño grupo de peregrinos de Taizé discuten pasajes del estudio bíblico matutino (Isaías 43:18-9 e Isaías 48:6-8) el 25 de mayo delante de la iglesia episcopal de Cristo en Red Shirt Table, Dakota del Sur, mientras los sacos de dormir se ventilan en el fresco aire de la mañana. Los 600 peregrinos, la mayoría entre 18 y 35 años de edad, dedicaron una parte importante de cada día al estudio bíblico en grupos grandes y pequeños. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

Un pequeño grupo de peregrinos de Taizé discuten pasajes del estudio bíblico matutino (Isaías 43:18-9 e Isaías 48:6-8) el 25 de mayo delante de la iglesia episcopal de Cristo en Red Shirt Table, Dakota del Sur, mientras los sacos de dormir se ventilan en el fresco aire de la mañana. Los 600 peregrinos, la mayoría entre 18 y 35 años de edad, dedicaron una parte importante de cada día al estudio bíblico en grupos grandes y pequeños. Foto de Mary Frances Schjonberg para ENS.

El modelo de las jornadas de Taizé
El ciclo de una jornada típica de peregrinación de Taizé comienza a las 8:00 A.M. y termina con un oficio de oración con velas a las 8:00 P.M., seguido con frecuencia por la plática de uno de los hermanos. Incluye oración meditativa combinada con música en comunidad tres veces al día, estudio bíblico, talleres y discusiones en grupos pequeños. A los peregrinos también se les asigna  trabajo para sostener la vida de la comunidad durante el tiempo que están allí.

Los hermanos han desarrollado un estilo de música que resalta simples frases, usualmente versículos de los Salmos o de otros pasajes de la Escritura, repetidos como canto canónico. La repetición está concebida para ayudar a la meditación y la oración.

La reunión en Red Shirt siguió un modelo semejante cada día, pero también incluyó unas cuantas diferencias. Las velas en la seca pradera no era una opción a contemplar, de manera que fueron sustituidas por linternas y por la luz solar. El domingo 25 de mayo, algunos participantes pasaron la mañana en los cultos de iglesias locales, mientras otros se unieron en una eucaristía episcopal que se celebró en la mayor tienda de la reunión porque la mañana era de lluvia. También el 25, un grupo de peregrinos fue a Wounded Knee para cantar y ofrecer una oración silenciosa.

La última mañana, los peregrinos se reunieron para la Oración Matutina y una discusión general sobre su experiencia y sobre el futuro antes de dividirse en grupos regionales para conversar sobre lo que los peregrinos esperaban que les aportara la experiencia. La peregrinación terminó con un oficio de oración.

Durante el oficio de clausura, el mayor de los Two Bulls agradeció a los hermanos de Taizé el haber venido a Pine Ridge. “La Comunidad de Taizé nos ofreció muchísimo. Ustedes dejaron que aquí brillara su luz. Han dejado un legado que podríamos seguir. Ustedes nos enseñaron a orar de una manera diferente”.

“Espero que algún día podrán volver… para seguir enseñándonos”, dijo Two Bulls.

El hermano John dijo a los peregrinos durante la sesión general del 27 de mayo que los hermanos regresarían a Estados Unidos en 2014. Explicó que tenían planeado tres reuniones  esa primavera en Texas, entre ellas, del 21 al 23 de marzo en Austin; del 4 al 6 de abril en Dallas y del 25 al 27 de abril en Houston.

Información sobre los orígenes de Taizé pueden encontrarse aquí.

Entrevistas en vídeo con siete peregrinos de Pine Ridge Taizé pueden verse aquí.

—La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.