La ‘carnicería’ de la violencia armada debe cesar, dicen los obispos

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Mar 14, 2013

[Episcopal News Service] Diciendo que “lamentan los asesinatos en masa ampliamente divulgados” en Estados Unidos y que “han llorado por su causa”, la Cámara de Obispos de la Iglesia Episcopal declaró también el 12 de marzo que [los obispos] estaban “escandalizados por las masacres diarias de nuestros jóvenes que pasan inadvertidas en ciudades tales como Chicago, Newark, Baltimore, Puerto Príncipe y Tegucigalpa”.

“Esta carnicería debe cesar, dijeron los obispos en una “Palabra a la Iglesia” expedida desde el Centro de Conferencias de Kanuga en Hendersonville, Carolina del Norte (Diócesis de Carolina del Norte Occidental) al final de su reunión del 8 al 12 de marzo.

Los obispos dijeron que ellos “encarnan una amplia variedad de experiencias y perspectivas respecto a las armas de fuego” contándose entre ellos “cazadores y tiradores deportivos, [así como] ex miembros de las fuerzas armadas y ex agentes de los servicios de orden público”.

“Respetamos y honramos el no ser unánimes en lo que respecta a los asuntos relacionados con la legislación sobre las armas. No obstante, estamos convencidos de que debe haber un nuevo diálogo en Estados Unidos que desafíe la violencia de las armas de fuego”, afirmaron. “Debido a la amplia variedad de contextos en que vivimos y nuestro compromiso con un discurso razonado y respetuoso que integre importantes diferencias en tensión creativa, creemos que la Iglesia Episcopal puede y debe llevar adelante este empeño. De hecho muchos en esta Iglesia ya lo están haciendo, por lo cual damos gracias a Dios”.

Un compromiso específico “a liderar un nuevo diálogo en nuestras naciones en cuanto al uso adecuado y la legislación de las armas de fuego” y a tomar “medidas específicas para este fin”, es, dijeron los obispos, acorde con sus votos de ordenación episcopal de “proclamar e interpretar valerosamente el Evangelio de Cristo, iluminando las mentes y despertando las conciencias”.

También dijeron que todos los episcopales son llamados también “a orar y laborar por el fin de la violencia armada”.

El tema para la reunión de los obispos, definido como un retiro, fue “un liderazgo piadoso en medio de la pérdida” y las sesiones incluyeron oración, estudio bíblico diario, reflexión y culto.

Algunos obispos vieron inicialmente el tema como “deprimente”, dijo Todd Ousley, obispo de la Diócesis de Michigan Oriental y vicepresidente del comité de planificación de la Cámara, durante una sesión informativa de prensa al final de la reunión. Ese sentimiento cambió en la medida en que las reflexiones de varios obispos fueron ampliando el tema, afirmó.

“Sin ninguna coordinación entre esos obispos, realmente abordaron las mismas cosas”, agregó Ousley refiriéndose específicamente al llamado a los obispos “a estar presentes; hemos de estar conectados en relaciones y en eso realmente es que consiste el liderazgo”.

La reunión [de la Cámara de Obispos] fue la primera desde la Convención General en julio de 2012, y la primera reunión de los obispos fuera del marco de la Convención desde su último retiro en marzo de 2010. Los obispos por lo general se reúnen en marzo y en septiembre en los años en que no sesiona la Convención General.

Un total de 137 obispos se inscribieron para participar en el retiro, según informara Ken Price, obispo sufragáneo jubilado de Ohio que es el secretario de la Cámara. Once de los obispos eran nuevos desde el último retiro, dijo Price, quien también resaltó en la sesión informativa el fallecimiento de ocho obispos.

“La Cámara se mantiene en un flujo continuo, pero en los 18 años que yo he estado asistiendo, puedo decir sinceramente que esta reunión dio más espacio, más tiempo para ocuparnos de nosotros mismos que ninguna otra”. Refiriéndose al formato de retiro, Price dijo: “creo que todos nos vamos a ir refrescados y agradecidos por el período de reflexión”.

La obispa primada Katharine Jefferts Schori se hizo eco de ese sentir, calificando la reunión como un tiempo de “genuina fraternidad y de diálogo profundo” y describió la sesión vespertina del 12 de marzo como “la más mínima reunión de negocios que puedo recordar”.

“Nos dedicamos al negocio de ocuparnos de nuestras almas y eso es una gran bendición”, dijo ella durante la sesión informativa.

Mientras los obispos se encontraban reunidos, se anunció que se había llegado a un acuerdo y que había sido aceptado por Jefferts Schori sobre las denuncias del Comité Permanente de la Diócesis de Quincy contra los obispos Peter Beckwith (Springfield), Bruce MacPherson (Luisiana Occidental) y Edward Salmon (Carolina del Sur), y del Comité Permanente y de un individuo de la Diócesis de Fort Worth contra los obispos Maurice Benítez (Dallas), John Howe (Florida Central), Paul Lambert (Dallas), William Love (Albany), Daniel Martins (Springfield), Edward Salmon (Carolina del Sur), y James Stanton (Dallas).

El “proceso de conciliación” descrito también como un proceso de mediación, tuvo lugar en conformidad con el Título IV.10 de los Cánones de la Iglesia.

“’Conciliación’ es una palabra grotescamente inadecuada para describir lo que ha sucedido”, escribió Martins después de darse a conocer el acuerdo el 8 de marzo. “Hoy creo que es más prudente decir que nosotros nueve estamos procesando algún grado de indignación y que nos sentimos sustancialmente alienados de los que presentaron los cargos contra nosotros. Nos sentimos manipulados y victimizados. No estamos en modo alguno contentos con este resultado, aunque nos atenemos a nuestra decisión de aceptar el acuerdo”.

Martins, que asistió al retiro en Kanuga, también calificó el tono del acuerdo como “irónico y hostil” y “ofensivo”.

Al preguntarle si el acuerdo y la reacción de Martins habían salido a relucir durante el retiro, Ousley dijo que el tono de la reunión “fue de la de estar muy atentos a nuestras relaciones a lo largo de todo el espectro”.

Dijo que se habían suscitado unas “preguntas mínimas” cuando se le informó del acuerdo a la Cámara. “Nuestra atención no estaba en eso, sino más bien en lo mucho que valoramos nuestras mutuas relaciones y en que todos hemos experimentado pérdidas” cuando algunos miembros de la Iglesia Episcopal han decidido abandonarla.

La reunión conllevó muchísimas conversaciones informales entre los obispos, dijo Dean Wolfe, obispo de Kansas, durante la sesión informativa, añadiendo que él no había percibido los sentimientos que Martins le atribuye a los obispos involucrados en el proceso. “Hubo muchísimo buen humor, buena conversación y la sensación de que avanzamos y no estamos mirando hacia atrás”, afirmó.

Jefferts Schori resaltó que el proceso de conciliación se incluye en el Título IV de los cánones disciplinarios de la Iglesia y que “es un paso hacia la reconciliación; no logra la plena reconciliación, pero es un paso en esa dirección”.

La Oficina de Relaciones Públicas de la Iglesia Episcopal publicó partes diarios que ofrecían un breve recuento de las discusiones y actividades de los obispos en Kanuga. Esos partes pueden encontrarse aquí.

Al público y los medios de prensa no se les permitió presenciar las sesiones. Algunos obispos hicieron comentarios en sus blogs o en Twitter durante el retiro.

Entre los que enviaron mensajes en Twitter, valiéndose de los números temáticos #HOB2013 y #HOB13, estuvieron los obispos Greg Brewer, de la Diócesis de Florida Central; Marrian Budde, de la Diócesis de Washington; Tom Ely, de la Diócesis de Vermont; Andy Doyle, de la Diócesis de Texas; Ian Douglas, de la Diócesis de Connecticut; Jeff W. Fisher, sufragáneo de la  Diócesis de Texas; Rob Hirschfeld, de la  Diócesis de Nuevo Hampshire; Steve Lane, de la Diócesis de Maine; Nick Knisely, de la Diócesis de Rhode Island; Dan Martins, de la Diócesis de Springfield; Kirk Smith de la Diócesis de Arizona: Jake Owensby, de la Diócesis de Luisiana Occidental  y Robert Wright, de la Diócesis de Atlanta, quien hizo notar que Knisely le había advertido que debía comenzar a enviar mensajes por Twitter.

En reuniones anteriores, algunos obispos han argüido problemas de confidencialidad en respuesta a los mensajes de sus colegas sobre sus conversaciones a través de blogs o de Twitter. Wolfe dijo durante la sesión informativa de prensa que los obispos habían estado de acuerdo en no publicar porciones confidenciales de sus reuniones. En otros partes de la reunión “disfrutamos de una serie de normas más laxas”, apuntó.

“Es importante que se disponga de algún momento en que los obispos sientan que pueden compartir de manera creativa y abierta sin el temor de que sus palabras se transmitan al mundo”, dijo Wolfe.

Price convino en que “necesitamos esos momentos en que sencillamente conversamos unos con otros”, pero “por otra parte, cuando en verdad sí queremos comunicar, disponemos de montones de instrumentos para hacerlo realmente efectivo y ponernos al día con el mundo”.

Él hizo notar que muchos de los obispos recientes “son más jóvenes y han estado usando varios tipos de redes sociales con mucha familiaridad durante mucho tiempo”. Añadió que en una reunión informal algunos de esos obispos estuvieron enseñándoles a otros la manera de usar más efectivamente esas redes sociales.

Ousley dijo que el acuerdo de los obispos pide también el valerse de las redes sociales “fundamentalmente para informar nuestras propias palabras y nuestras propias impresiones, en lugar de palabras provenientes de otros”.

Los mensajes de Twitter que aparecieron con el número temático #HOB2013, el que más se usó de los dos, pueden encontrarse aquí.

– La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducido por Vicente Echerri.