Promover la paz, una manera de recordar a KingPosted Jan 25, 2013 |
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[Episcopal News Service] Una manera de frenar la violencia es simplemente levantar una mano, como en el gesto de detener a alguien, al tiempo que se extiende la otra en una invitación a un encuentro pacífico.
Puede parecer un gesto simbólico, pero la mano alzada le comunica “a un agresor que deje de hacer lo que está haciendo, [que] rehúso reconocer el papel que quieres desempeñar”, dijo el Rdo. Steve Shanks, diácono vocacional en la iglesia episcopal de la Santa Cruz [Holy Cross] en Trussville, Alabama.
“Luego, allí está la otra mano tendida, que aboga por la no violencia, que expresa que yo no quiero desprenderme de ti, que no estoy intentando deshumanizarte, que tengo fe en que puedes hacer una elección mejor de la que ahora haces, y que yo estaré aquí [esperándote] cuando estés listo” dijo Shanks, que enseña estos gestos durante las sesiones de capacitación en Crear una Cultura de Paz (CCP), un programa nacional fundado por Janet Chisholm, ex presidenta de la Fraternidad Episcopal de la Paz [Episcopal Peace Fellowship].
El feriado nacional del 21 de enero en conmemoración de Martin Luther King Jr. es un convincente recordatorio del poder de la no violencia para provocar el cambio social, dijo Shanks.
“Recurrir a la violencia es una opción fácil”, apuntó. “Ocurre en la sociedad de tantas formas diferentes. Con tanta frecuencia que ni siquiera nos damos cuenta de que estamos siendo parte de un sistema violento”.
“Creemos saber qué aspecto tiene la violencia, pero… se produce de manera muy insidiosa dentro de nuestras estructuras institucionales”, agregó. “Hace cosas atroces en las personas. Puede resultar muy enervante y es por eso que surgió este taller de capacitación. Todo lo que podamos hacer para ayudar a transformar esa [actitud], para interrumpir esos ciclos, se presenta como una buena obra”.
Los talleres de capacitación incorporan “círculos de la verdad” que agrupan a cinco o seis participantes para abordar un asunto controversial. Con un tema como el control de las armas de fuego, por ejemplo, cada participante dispone de unos cuantos minutos para representar ante los otros en el círculo el punto de vista asociado con un activista en pro del control de las armas o el del propietario de una pistola o de una persona que le sirva a la Asociación Nacional del Fusil de enlace con la prensa. Después, a cada uno se le pide que de un paso a la derecha y repita el ejercicio desde el punto de vista de la persona que estuvo parada antes en ese lugar.
“De esa manera, todo el mundo tiene la oportunidad de ponerse en los zapatos de todos los demás”, como un medio de promover el diálogo y de formar una comunidad, dijo Shanks.
Por todas partes a través del país, los episcopales se enfrentan a la violencia de diversas maneras.
El equipo de trabajo ‘‘LOVE’ en Nueva York
El 24 de enero, la Iglesia de la Santa Trinidad [Holy Trinity] en Nueva York será la sede de un foro sobre la violencia interpersonal, auspiciado por el equipo de trabajo Liberémonos a Nosotros Mismos, Valoremos a Todos [Liberate Ourselves, Value Everyone, LOVE, por su sigla en inglés] un equipo de trabajo sobre el vivir de manera no violenta.
La tercera sesión de la serie “Vivir de manera no violenta: hechos a la imagen de Dios”, se propone crear conciencia y promover un modo de vida no violento. “Se trata del abuso que puede producirse en toda clase de asociaciones, no sólo en relaciones románticas o de pareja. Estamos observando el impacto de los votos sagrados en una relación que contiene abusos”, dijo la moderadora, teóloga y promotora social.
Yvonne O’Neal, feligresa de La Trinidad y miembro del equipo de trabajo, dijo que la serie es importante porque “todos nosotros hemos sido víctimas de la violencia de una u otra forma, porque está muy extendida en nuestra comunidad”.
“Tengo un hijo adoptado, que da la casualidad que es mi sobrino nieto. Su madre era mi sobrina, y el padre del chico la mató”, dijo ella. “Eso fue un acontecimiento en la vida de mi familia, y me cambió la vida”.
En tanto el equipo de trabajo procura crear conciencia, es hora de reformular el sueño de King de la “comunidad amada”, en que la no violencia se produce a partir de la decisión consciente de optar por la amabilidad, la solicitud y la hospitalidad, que somos uno, dijo Rollins.
Búsqueda de la transformación en Milwaukee
Del mismo modo, la catedral de Todos los Santos [All Saints’ Cathedral] en Milwaukee, Wisconsin, exploró las causas de la violencia en una serie sobre educación de adultos y eventos comunitarios de un año de duración [con el nombre de] “Vivir sin temor, una respuesta cristiana a la violencia”.
“Milwaukee es una ciudad muy dividida en términos raciales y económicos”, dijo el Muy Rdo. Kevin Carroll, deán de la catedral. Eso incluye la muerte a tiros de cinco feligreses en el templo sij, la quinta masacre que tiene lugar en la ciudad en [los últimos] siete años, comentó él durante una entrevista reciente con Episcopal News Service.
“Una de las conclusiones más importantes a que hemos llegado fue que no podemos afectar al mundo, pero sí podemos afectar la manera en que respondemos al mundo como una comunidad basada en la fe”, dijo Carroll.
“La comunidad sij hizo [de su tragedia] una labor increíble. Menos de dos días después de que ocurrió, estaban orando por el tipo que disparó contra todos. Eso tuvo un profundo impacto en la gente de aquí, que estamos aprendiendo a ser en verdad buenos cristianos [a partir del ejemplo] de nuestros hermanos y hermanas sijs, que pusieron la oración y el perdón en el centro de los acontecimientos y empezaron a trabajar a partir de ahí”.
La transformación también se produjo al escuchar las historias de otros, incluido un sobreviviente del Holocausto, “que no abrigaba rencores”, dijo Carroll. “Él había perdonado a las personas que habían perpetrado estas terribles cosas contra él y contra su comunidad.
“Nos marchamos con el sentimiento de que la justicia y la reconciliación no son mutuamente excluyentes. La justicia es la manera en que el mundo se enfrenta a la violencia. La paz y el perdón es la manera en que nosotros la tratamos. Hasta que no elijamos perdonar y seguir adelante no podremos colaborar con la paz en el mundo”.
Algunos participantes se sintieron inspirados a involucrarse en el servicio comunitario y en los ministerios sociales, de la misma manera que adquirimos la conciencia de que “no partimos de un lugar de temor, partimos de un lugar de oración”, puntualizó Carroll. “Incluso en medio de gran violencia, el perdón es clave”.
Proyecto de paz en Rochester, Nueva York
La Rda. Pat Cashman quiso fortalecer los vínculos de la comunidad al ofrecer la iglesia de la Ascensión [Church of the Ascension] para un proyecto de paz de un día de duración en agosto pasado.
Localizada en una comunidad de Rochester, Nueva York, que está experimentando grandes cambios y una escalada de violencia, la iglesia se está convirtiendo en un centro de paz.
“Una vez que nos conocimos los unos a los otros, que nos respetamos mutuamente, que nos sentimos encantados de compartir, ese vinculo hizo disminuir nuestra inquietud y la oportunidad para la violencia, además de que también estábamos aprendiendo algunas destrezas específicas”, explicó Cashman durante una entrevista telefónica reciente. “Queríamos crear un sentimiento positivo de que podemos hacer algo de tal modo que no nos desesperemos”.
El evento de aprendizaje de la paz en agosto incluyó música, danza, artes [plásticas] y teatro. Alrededor de 45 personas crearon un “tren de la paz” de 14 vagones hecho de paneles de madera contrachapada y pintado de vivos colores. Llevando los vagones, desfilaron por las calles de la ciudad hasta un parque cercano.
“Íbamos cantando canciones de paz. La gente que pasaba en sus autos, veía el tren y sonaba las bocinas. Presentamos un sketch y un baile, la canción y el rap de los adolescentes. Todos aunamos esfuerzos y trabajamos. Éramos [un grupo de] de gente completamente extraña que se reunía, un nexo sencillamente humano de personas que deseaban la paz”, siguió diciendo Cashman. “Al final del día conocíamos a muchísimas más personas que cuando empezamos. Y eso era una sensación estupenda”.
No obstante, descubrir y aplicar formas de interrumpir y reorientar la violencia resulta difícil, “porque no sabemos mucho acerca de nuestra vida interior”, puntualizó ella. Se le llama un trabajo en la sombra. Porque dentro de nosotros tenemos todo un complemento de conducta humana violenta y…tenemos que comprendernos mejor a nosotros mismos, hacernos mucho más autoconscientes de nuestros propios mensajes y de cómo los transmitimos”.
Un grupo antiviolencia se reúne en la iglesia todos los meses, y en las próximas clases cuaresmales se enseñará una comunicación consciente, añadió. “Quiero alentar a las personas a hacer todo lo que puedan para aumentar los lazos de comunidad entre la gente y no dejar que el exceso de trabajo y el aislamiento nos distancie”.
Recobrar la no violencia creativa
El Rdo. Jeremy Lucas, vicario de la iglesia del Espíritu Santo [Holy Spirit] en Battle Ground, Washington, ha experimentado el poder de la resistencia no violenta.
“Crecí en Birmingham [Alabama], aunque aún no estaba en el mundo cuando el movimiento de los derechos civiles”, dijo Lucas en una reciente entrevista telefónica. “Nací en 1971, pero ese espíritu predominaba en Birmingham. Si hubo alguna vez un sitio que uno pensaba que no sería desegregado y que no llegaría en modo alguno a ver hecho realidad el mensaje del Dr. King, ése habría sido Birmingham.”
El movimiento allí tuvo lugar cuando la cobertura de la televisión despertó las conciencias sobre la violencia desatada contra los activistas de los derechos civiles y, en todo el país, “la gente se unió en defensa de la causa”, apuntó él.
En el debate sobre el control de las armas de fuego “tenemos que atacar este problema de la violencia, usar la descripción de una metáfora más bien agresiva”, dijo Lucas, que también participó en el taller de capacitación CCP. Pero tenemos que abordarlo de muchas formas diferentes.
“Individualmente, tenemos que encontrar esos lugares en nosotros mismos que son violentos, y orar por su redención, y obrar de tal manera que nos lleve a ver que existe otro camino”.
El taller de capacitación CCP “busca cambiar las mentes, cambiar actitudes, para realmente emprender un nuevo camino”, agregó.
“Nuestra cultura ahora mismo tiene una falta de imaginación y una falta de pensamiento creativo en lo que a tratar con la violencia respecta. Algo de nuestra sociedad [nos] advierte: si te sales de la línea, si no te ajustas al modo en que son las cosas, te van a excluir, no vas a poder cambiar el sistema. Y vamos a seguir estando aislados a pesar de todas las nuevas conexiones de la tecnología.
“Ciertamente vivimos aislados y en pequeños bolsones de casas individuales, sin conocer siquiera a nuestros vecinos”, añadió. “Eso hace difícil creer que, si quieres hacer algo, puedas hacerlo”.
Edificar la comunidad es lo esencial, siguió diciendo. “Aunque han de llevarse a cabo acciones individuales, y han de tomarse decisiones individuales, la primera acción consiste en involucrarse con personas que hacen lo mismo, y trabajar en comunidad y colaborar con otros que luchan por la misma senda para ayudarse mutuamente”.
“Estamos tan individualizados y somos tan individualistas respecto a nuestras ideas, que esto se reduce a una acción privada y a que yo necesito ser una mejor persona, pero en verdad el cristianismo en su misma esencia se trata de una comunidad activa, que vive y labora y crece junta, como una totalidad que nos transciende a cualquiera de nosotros como individuos”.
Lucas dijo que King fue un gran líder del movimiento de los derechos civiles. “Pero si definimos el movimiento de los derechos civiles sólo como el Dr. King y sus discursos y las cosas que hizo, nos perdemos la mayor parte del movimiento de los derechos civiles. Nos perdemos a la mayoría de esas personas que, sobre el terreno, lo arriesgaron todo y a muchos que dieron sus vidas en la lucha por la igualdad”.
Y añadió: “cuando podemos hacer un alto suficiente para decir: eh, no quiero seguir haciendo esto, no creo que ésta sea la manera en que Jesús llamó a sus discípulos a vivir en el mundo; digamos que esto no va a hacernos la vida inmediatamente más fácil. Pero lo que sí hará es permitirnos vivir con integridad respecto a quiénes somos y en qué creemos. Basta una acción sencilla, la de no interponernos ante alguien en el tránsito de manera iracunda o no decirle a alguien que nos ha mandado a callar que se tire de un puente. Sea cual fuere esta pequeña acción, de pequeñas acciones se construyen las grandes”.
Puede encontrarse información acerca de los talleres de capacitación de la CCP y otros materiales sobre la no violencia en la página web de la Fraternidad Episcopal de la Paz. No pudimos dar con la Rda. Allison Sandlin Lines, directora ejecutiva interina de la [Fraternidad] EPF, para que nos hiciera un comentario.
– La Rda. Pat McCaughan es corresponsal de Episcopal News Service. Traducido por Vicente Echerri.
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