Episcopales de Nueva Jersey aún contrarrestan la cólera de Sandy

Congregaciones comprometidas hasta el final contemplan los próximos pasos de la recuperación

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Dec 13, 2012

[Episcopal News Service] Si bien el huracán Sandy le infligió un golpe devastador a hogares, empresas y edificios religiosos hace seis semanas en la noche del 29 de octubre, las congregaciones de la Iglesia Episcopal a lo largo de la costa de Nueva Jersey han estado determinadas desde las primeras horas después de la tormenta a ocuparse de las comunidades y ayudarlas en la reconstrucción.

Así lo están haciendo, en muchos caos, con ayuda de congregaciones que quedan más hacia el oeste de la diócesis, donde los daños de Sandy fueron menos graves. Y muchas iglesias están trabajando en sus comunidades  a través de nexos ecuménicos ya establecidos, o nuevos, posteriores a Sandy.

En Point Pleasant Beach, por ejemplo, la parroquia catolicorromana se convirtió en un centro para la distribución de ropa, cuando su sacerdote le sugirió al Rdo. C. John Thompson-Quartey, rector de la Iglesia Episcopal de Santa María del Mar [St. Mary’s by the Sea], esa división de tareas. Santa María ya es conocida en la comunidad gracias a la Despensa de San Gregorio [St. Gregory’s Pantry], que funciona fuera de la iglesia. La iglesia presbiteriana de Point Pleasant se ha convertido en el punto de coordinación de los equipos de trabajo que vienen al pueblo a ayudar en la recuperación a largo plazo.

“Cada iglesia se encuentra haciendo algo singular y diferente que no lo imaginaron antes”, apuntó Thompson-Quartey, quien dijo en una reunión reciente del  ministerium [o asociación de clérigos locales] que “a veces Dios nos lanza una curva y crea oportunidades para ministrar en medio de eso”.

Todos los miembros del ministerium estuvieron de acuerdo, dijo él, en que “habían mostrado habilidades que nunca habían tenido. Una persona dijo, ‘ahora soy un experto en moho. Si quiere hablar acerca del moho y del secado, yo soy su hombre’”.

“Santa María resulto ser el lugar de la comida; nosotros alimentamos a la gente”, dijo Thompson-Quartey.

A partir de Sandy, las congregaciones y la Diócesis de Nueva Jersey a la cual pertenecen han estado “creando enlaces, haciendo conexiones, ése es nuestro trabajo y eso es lo que estamos intentando hacer por la gracia que Dios nos da”, dijo el obispo George Councell en un mensaje reciente transmitido en vídeo.

Los relatos de esos enlaces y conexiones son casi tan numerosos como las 154 congregaciones que componen la diócesis. La diócesis tiene 17 centros oficiales de recursos, que aparecen aquí, así como cualquier cantidad de otras iglesias donde los vecinos de la comunidad vienen a traer donaciones o a recibir ayuda. Algunas de las historias asociadas a ese ministerio se encuentran aquí.

Y en algunos casos, el ministerio de la congregación ha cambiado en las seis semanas transcurridas desde que Sandy azotó [la región]. Ahora en la iglesia episcopal de Cristo [Christ Episcopal Church] en Toms River, una ciudad de unos 91.000 habitantes que perdió un 20 por ciento de su base tributaria en la tormenta, hay un grupo de apoyo los domingos por la tarde para cualquier adulto que necesite un lugar para “reflexionar y procesar las emociones o sentimientos espirituales que haya experimentado en las semanas transcurridas desde el azote de Sandy”.

El municipio abarca tanto zonas de tierra firme como parte de la península de Barnegat que actúa como una isla barrera entre el Atlántico y la bahía de Barnegat. En los días que siguieron inmediatamente al azote de la tormenta, las necesidades eran las esenciales.

“Ante todo, háganos saber que se encuentra bien. Estamos orando por usted y necesitamos saber que usted está vivo”, la parroquia solicitó a sus miembros el 2 de noviembre en su página de Facebook. “En segundo lugar, ¿se encuentra desplazado? ¿Tiene agua en su casa? ¿Tiene el auto sumergido? ¿Pertenencias destruidas¿ ¿Hambriento? ¿Con frío?”. El aviso instaba a los miembros a ponerse en contacto con la rectora de la iglesia de Cristo, la Rda. Joan Pettit Mason.