La costa oriental de EE.UU. se encamina lentamente hacia la recuperación luego del huracán Sandy

Haití y Jamaica sufrieron un azote brutal

Por Lynette Wilson
Posted Nov 2, 2012

 

Debris litter the beach at Casino Pier three days after Hurricane Sandy came ashore in Seaside Heights, New Jersey, Nov. 1. REUTERS/Steve Nesius

[Episcopal News Service] Las diócesis de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut seguían evaluando los daños y el caos causados por el huracán Sandy mientras la región se encaminaba lentamente hacia la recuperación el 1 de noviembre.

Grandes secciones de los tres estados seguían sin energía eléctrica el 1 de noviembre, a muchas de las cuales les faltó la electricidad antes de que llegara la “supertormenta” del 29 de octubre, y los informes de daños y apagones siguen apareciendo.

La diócesis de Newark reabrió sus oficinas el jueves, y mantuvo su horario regular de servicios.

“Sentimos que realmente nos libramos”, dijo Nina Nicholson, la directora de comunicaciones y tecnología de la diócesis, en una llamada telefónica con ENS. Añadió que hasta donde ella sabe ninguno de los miembros de la diócesis resultó lesionado y los daños fueron mucho menores de lo que se esperaba.

La parroquia episcopal de Todos los Santos [All Saints] en Hoboken, una de las áreas más afectadas de la región, sufrió daños en su edificio del Jubileo, en el que entraron de cinco a siete pies de agua. La parroquia misma se libró de cualquier daño. Y en la iglesia de Santa María [St. Mary’s] en Sparta, un árbol cayó sobre el jardín de recordación de la parroquia. Por otra parte, agregó Nicholson, la diócesis ha recibido informes de árboles caídos, canaletas destrozadas, aparatos de aire acondicionado arrancados de ventanas y persistentes faltas de energía eléctrica.

Al menos cinco iglesias de Newark tienen electricidad y servicio de Internet inalámbrico (Wi-Fi) y han abierto sus puertas a los miembros de la comunidad:

* San Pablo [St. Paul’s] en Chatham (200 Main St., 973-635-8085)

* San Pablo [St Paul’s] en Englewood (113 Engle St., 201-568-3276)

* Santiago Apóstol [St. James’] en Montclair (581 Valley Road en la esquina de la avenida Bellevue, 973-744-0270)

* San Lucas [St. Luke’s] en Montclair (73 South Fullerton Ave., 973-744-6220)

* Iglesia del Calvario [Calvary Church] en Summit (31 Woodland Ave. 908-277-1814)

John Sosnowski, canónigo del Ordinario de la Diócesis de Nueva Jersey, en un mensaje publicado el 31 de octubre en la página web de la diócesis, instaba a los miembros a incorporarse a su página de Facebook para mantenerse al tanto de las necesidades según fueran surgiendo y responder a ellas.

“Hemos recibido ofertas de asistencia de iglesias que querían ayudar. Les instamos a utilizar la página de Facebook [de la diócesis] para crear conexiones entre las iglesias y notificarse mutuamente respecto a necesidades inmediatas de las cuales estuvieran conscientes. Al crear estos vínculos, una iglesia puede ser capaz de responder a las necesidades de otra de manera más expedita, en lugar de comunicarse a través de la Casa Diocesana”, dijo él en su mensaje.

A los de la Diócesis de Nueva Jersey que necesiten asistencia en una escala mayor se les ha pedido que se dirijan a Ayuda y Desarrollo Episcopales.

El último aviso de la Diócesis de Long Island fue una actualización a las 10:25 A.M. del 31 de octubre en la que informaban que los daños de la diócesis seguían siendo menores, con Todos los Santos [All Saints] en Great Neck, en la costa norte de Long Island, que había perdido todos sus carteles y un árbol había caído en San Pablo [St. Paul’s] también en Great Neck, ocasionando que la iglesia perdiese una canaleta del techo. Los daños a las dos iglesias de Great Neck vienen a sumarse al que ya se habían reportado en el columbario de San Beda [St. Bede’s] en Syosset.

El campus diocesano sufrió una extensa “caída de árboles” y continúa sin electricidad, según el parte actualizado.

Katie Mears, directora del programa de Ayuda y Desarrollo Episcopales para Preparación y Respuesta a Desastres en EE.UU., y Andrew Dietsche, obispo coadjutor de Nueva York, se reunieron el 1 de noviembre con el clero de la Diócesis de Nueva York que se había visto afectado [por el huracán] “para compartir información, coordinar recursos e identificar zonas con necesidades importantes”, según una actualización publicada en la página web de Ayuda y Desarrollo Episcopales.

Mears también ha estado trabajando con los Coordinadores Diocesanos para Desastres en las diócesis de Long Island, Nueva Jersey y Newark, informaba la actualización.

(Los Coordinadores Diocesanos para Desastres son nombrados por el obispo para servir de enlaces entre Ayuda y Desarrollo Episcopales y el liderazgo diocesano, y para alentar y ayudar a la diócesis y a sus congregaciones en la preparación, planificación y respuesta a un desastre).

En la Diócesis de Nueva York, dependiendo de la región, se ha pedido a los miembros que se pongan en contacto con el coordinador de desastres de la diócesis, el Rdo. Stephen Harding, y el de la región del Hudson Medio.

En un mensaje grabado en un buzón de voz el 2 de noviembre, Harding dijo que Staten Island y la 2a. Región habían sido azotadas por la tormenta de manera particularmente cruel, con muchos árboles caídos, pero hasta ahora la diócesis no ha recibido informes de daños estructurales catastróficos.

Han implementado un mecanismo para responder localmente, con personas de la region del Hudson Medio que le prestan ayuda a las de la 2da. Región.

Y la iglesia de San Marcos [St. Mark’s] en el Bowery, iba a abrir sus puertas el 2 de noviembre de 10 A.M. a 4 P.M. con ayuda de voluntarios de la iglesia provenientes de más arriba de la calle 34 para brindar agua y comida.

Ian Douglas, el obispo de la Diócesis of Connecticut, está en Auckland, Nueva Zelanda, asistiendo a la reunión del Consejo Consultivo Anglicano, pero se mantiene en contacto con la diócesis por teléfono. Los obispos sufragáneos James Curry y Laura Ahrens han estado al tanto de las parroquias, dijo Karin Hamilton, canóniga de comunicación y medios de difusión, en una llamada telefónica con ENS desde su oficina.

En un mensaje a la diócesis, los obispos de Connecticut dijeron: “Esta terrible tormenta ha creado muchas dificultades en muchas de nuestras ciudades y pueblos, entre nuestro clero y feligreses, así como entre nuestros amigos y vecinos. En nuestra respuesta a sus necesidades, en oración y acción, podemos ser agentes de la misión de Dios en la comunidad más amplia. En este momento de recuperación nos encantaría conversar con las parroquias y deanatos respecto a cómo nuestra Iglesia puede servir en las zonas que han sido afectadas. Somos aliados de Respuesta a Desastres en Estados Unidos de Ayuda y Desarrollo episcopales. Y ellos cuentan con recursos a los que podemos tener acceso y los cuales podemos utilizar para ayudar en la recuperación de nuestros barrios”.

Ha habido algunos daños, “pero no tan grandes que no podamos hacerles frente”, dijo Curry en una llamada telefónica. “Para lo que nos preparamos es para ver de qué manera podemos ser útiles a la comunidad mayor”.

Desde que [el huracán] Sandy tocó tierra cerca de Atlantic City, Nueva Jersey, el 29 de octubre, ha cobrado las vidas de más de 56 personas en Estados Unidos y Canadá, además de por lo menos 76 personas que perdieron su vida cuando Sandy atravesó el Caribe.

Ayuda y Desarrollo Episcopales también ha estado en contacto con la Diócesis Episcopal de Haití, donde los daños ocasionados por el huracán Sandy parecen haber excedido a los causados por el huracán Isaac a fines de agosto. Las regiones agrícolas en el sur del país resultaron duramente azotadas, despertando inquietudes tocantes a los altos precios y a la posible escasez de alimentos frescos. La diócesis está haciendo una evaluación de las necesidades en las zonas afectadas y continúa recibiendo informes del clero local, lo cual contribuye a configurar los planes de respuesta que actualmente se encuentra en proceso.

La Diócesis de Jamaica y la Iglesia en la Provincia de las Antillas (CPWI por su sigla en inglés) también han sufrido extensos daños y se encuentran actualmente en el proceso de evaluar los daños, dijo la Rda. Glenda McQueen, funcionaria de la diócesis encargada de [las relaciones con] América Latina y el Caribe, en un mensaje electrónico a ENS el 1 de noviembre.

La República Dominicana sufrió extensas inundaciones y unas 300 personas han buscado albergue en las iglesias de la Diócesis Episcopal de la República Dominicana, y en Cuba la región oriental de la isla resultó duramente afectada, confirmó el obispo Wilfrido Ramos-Orench, funcionario de la Iglesia Episcopal para la IX Provincia, en un correo electrónico enviado a ENS el 2 de noviembre.

En una declaración dada a conocer el 1 de noviembre, el Muy Rdo. Gary Hall, deán de la Catedral Nacional de Washington, dijo: “Le damos gracias a Dios por los meteorólogos cuya previsión y dedicación impidieron que este fenómeno sin precedentes nos tomara de sorpresa. También ofrecemos nuestras oraciones de gratitud por aquellos cuya labor ha servido para aliviar el sufrimiento y que continuarán realizándola, especialmente en las regiones más afectadas de Nueva York y Nueva Jersey, en el transcurso de las próximas semanas.

“En este período cuando la Iglesia universal honra a todos los santos y a los fieles difuntos, los más de cien individuos que han muerto debido a esta tormenta están en nuestras mentes y estarán en nuestras oraciones”, añadió Hall. “Sus muertes resaltan la importancia de una infraestructura estable y los riesgos de un clima inestable. Rindiéndole tributo a sus vidas y siguiendo el ejemplo de tantos que ayudaron a nuestro país en este momento de prueba, luchemos por encontrar estabilidad y dirección en cualquier tipo de nuevas tormentas que nuestra sociedad y nuestro planeta puedan enfrentar. Que podamos dar continua alabanza y gracias a Dios por todas las personas y lugares que nos importan, reafirmando la disposición a compartir los talentos que Dios nos ha concedido a través de ellos”.

 – Lynette Wilson es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducido por Vicente Echerri.