Indaba Continuo hace posible ‘una conversación configurada por el evangelio’

Por Matthew Davies
Posted Aug 1, 2012

[Episcopal News Service] Hacer posible el diálogo a través de la diferencia ha sido el principal objetivo del Proceso de Indaba Continuo y Escucha Mutua de la Comunión Anglicana. Pero los frutos del programa en derribar barreras y crear relaciones de amistad a través de contextos en extremos diferentes han sobrepasado  cualquier expectativa, según la opinión de Rdo. Canónigo Phil Groves, quien dijo que el principio orientador y la clave de del éxito [del programa] ha sido el situar a Cristo en el centro de las conversaciones.

“Las personas se apasionan con el evangelio, y a veces eso las lleva a profundos desacuerdos”, dijo Groves, el moderador del programa, dijo al Servicio de Prensa Episcopal (ENS) en una entrevista reciente. “Pero una vez que se sitúa a Cristo en el centro de una conversación, la gente comienza a trabajar para beneficio de la totalidad, más bien que para ganar una discusión”.

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Groves asistió a la 77ª. Convención General en Indianápolis y fue testigo de cómo la Iglesia Episcopal se comprometió (en la Resolución D008) a profundizar su participación con los ministerios y redes de la Comunión Anglicana y a utilizar el proceso de Indaba Continuo para alentar “conversaciones a través de las diferencias para fortalecer las relaciones en la misión de Dios”.

Groves dijo que había encontrado alentadoras las deliberaciones en la Convención General. “Había un concepto claro de que la Comunión Anglicana es algo muy importante y que [hay un]… profundo deseo de estar vinculados con personas que pueden discrepar radicalmente con la dirección de la Iglesia Episcopal”.

Desde su lanzamiento en 2009, El Proceso de Indaba Continuo y Escucha Mutua ha hecho posible cuatro diálogos experimentales, en cada uno de los cuales participaron tres diócesis de diferentes provincias de la Comunión Anglicana. Los participantes de cada diócesis incluían al obispo, a varios clérigos y a líderes laicos.

El programa, que es en parte una continuación del Proceso de Escucha de la Comunión Anglicana, ha capacitado a los anglicanos para discutir y aprender acerca de experiencias que se dan en contextos muy ajenos al suyo propia y a enfrentarse a las diferencias respecto a temas tales como la sexualidad humana y la interpretación teológica. (Un proceso de Indaba, palabra zulú que significa una discusión con sentido, formó las bases para grupos de alrededor de 40 obispos que se reunieron diariamente durante la Conferencia de Lambeth en 2008).

La obispa primada Katharine Jefferts Schori dijo recientemente a ENS que el programa de Indaba Continuo había “brindado notables oportunidades a los episcopales y anglicanos de aprender acerca de las realidades de la vida en diferentes partes del mundo, y debido a eso se estaban transformando los corazones”.

Indaba Continuo ayuda “a proporcionar la savia vital y el aliento que puede revivir y revitalizar a la Comunión para la acción y el servicio en la misión”, dijo el Rdo. Tobias Haller, diputado a la Convención General por la Diócesis de Nueva York, quien ha sido miembro del grupo de referencia de Indaba Continuo junto con representantes de África y del Reino Unido.

“Cuando Jesús describió cómo habrían de ser conocidos sus discípulos, no fue por el esplendor de sus iglesias ni el número de sus feligreses, ni por la belleza de su culto ni por la nobleza de su ética, sino por el amor que ellos se mostraran unos a otros”, dijo Haller, en un comentario reciente en la página web de Indaba Continuo [en el que explica que] “Indaba Continuo es un medio de demostrar este amor, en una conversación configurada por el evangelio y en compromiso de unos con otros…”

“Las relaciones son fundamentales para nuestra restauración” dijo la obispa Mary Gray-Reeves, de la Diócesis de El Camino Real, que participó junto con sus diócesis compañeras de Gloucester, en Inglaterra, y de Tanganica Occidental, en Tanzania, en uno de los programas experimentales de Indaba Continuo.

“Nos congregamos en Cristo. Somos uno in Cristo. Eso es lo que nos une. No nuestras creencias particulares, no nuestra teología, no la manera en que leemos la Escritura”, dijo Gray-Reeves a ENS en febrero durante el encuentro final del programa en la Diócesis de Gloucester.

Los participantes visitaron cada una de las tres diócesis, usualmente por más de una semana cada una, para experimentar la misión de la Iglesia en su contexto local y participar en una “conversación significativa” que es el meollo del concepto zulú de “indaba”.

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Gray-Reeves dijo que la relación de compañerismo de El Camino Real-Gloucester-Tanganica Occidental había comenzado centrándose en los problemas de la sexualidad humana, pero que a partir de entonces el grupo había aprendido a aceptar  las diferencias de cada uno respecto a ese tema. “Todos nos damos cuenta de que las conversaciones más importantes son acerca de la pobreza, de las generaciones, de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, acerca de evangelización y discipulado”, dijo ella.

A principios de julio, Gray-Reeves y los obispos Michael Perham, de Gloucester, y Sadock Makaya, de Tanganica Occidental, le escribieron al arzobispo de Cantórbery, Rowan Williams, con una reflexión sobre el proceso de Indaba, en el que subrayaban la importancia del proyecto y le expresaban su esperanza de que éste habría de expandirse dentro de la Comunión Anglicana.

“La experiencia de Indaba ha acelerado nuestros vínculos afectivos la profundidad de nuestra mutua franqueza, y nuestro sincero interés de los unos por los otros como individuos y como representantes de nuestras diócesis y de nuestras respectivas culturas”, escribieron los obispos.

Makaya dijo a ENS que la unidad a través de la Comunión Anglicana “es muy importante porque era la oración de nuestro Señor Jesucristo… que todos debíamos ser uno. Es sólo cuando estamos unidos que podemos ser testigos del evangelio”.

Para Anel Agueyo, una laica latina proveniente de San José en la Diócesis de El Camino Real, experimentar diferentes culturas a través del programa “me ha abierto los ojos al aspecto más amplio sobre qué es y en qué consiste la vida, y de quién es Dios”.

Las diócesis de Nueva York, Derby en Inglaterra, y Mumbai en la Iglesia del Norte de la India también formaron uno de los programas experimentales.

Para la Rda. Winnie Varghese, una sacerdote episcopal lesbiana y nativa de Texas, con raíces familiares en la Iglesia Mar Thoma de la India, el camino hacia la profundización de relaciones a través de Indaba no se vio exento de dificultades.

Indaba continuo funciona siempre y cuando esté “arraigado en el estudio bíblico y en una experiencia común diaria”, dijo a ENS Varghese, rectora de la iglesia de San Marcos en el Bowery [St. Mark’s-Church-in-the-Bowery] en Nueva York. “Su valor fundamental es el tiempo compartido con personas que desean participar de la conversación. Pero significa para todos [los que participan]—particularmente personas de color, mujeres, laicos y homosexuales, bisexuales y transexuales—la decisión de soportar algunos insultos en pro de la conversación”.

Durante la primera reunión en Nueva York, Varghese dijo que los participantes “dedicaron un buen tiempo en el intento de definir el porqué estábamos allí y deseando hacer las preguntas capitales, pero nerviosos de que pudiéramos provocar alguna ofensa o producir, de alguna manera, un cortocircuito en el proceso”.

Hacia el fin del programa Varghese dijo que una de las mujeres de la India se le acercó para discutir el tema de la sexualidad porque percibía que no lo habían abordado adecuadamente durante las conversaciones del grupo. “Estuvimos hablando durante varias horas. Fue una buena conversación. Básicamente, ella no quería desestimarme debido a la relación que habíamos desarrollado a lo largo de las seis semanas que estuvimos juntas, y yo sentía lo mismo”, dijo Varghese. “En definitiva, todo tiene que ver con relaciones”.

Las otras dos conversaciones experimentales incluyeron a Toronto (Canadá), Jamaica (Las Antillas) y Hong Kong; y la Bahía de Saldaña (África del Sur), Ho (Ghana) y Mbeere (Kenia).

Ahora que el programa experimental ha concluido, Groves espera que las provincias y diócesis a través de la Comunión Anglicana asumirán el concepto y el modelo de Indaba Continuo y lo aplicarán en los contextos locales.

Groves dijo que hay marcados indicios de que varias provincias —entre ellas Kenia, Hong Kong, África Occidental y la Iglesia Episcopal de Estados Unidos— “quieren llevar adelante la metodología de Indaba Continuo”.

“Los episcopales que participaron en Indaba Continuo están recomendándoles a los que tienen a su alrededor que esto es algo que es muy importante para la Iglesia Episcopal”, dijo Groves. Las diócesis de la Iglesia Episcopal que tienen relaciones de compañerismo a través del mundo “se sentirán inspiradas por la Diócesis de El Camino Real y esas relaciones, y comenzarán a preguntar, ‘¿cómo podemos hacer lo mismo?’”.

Haller cree que Indaba Continuo “será la savia vital y el aliento de la Comunión Anglicana”. El programa está “encendiéndose e inspirando a personas en toda la Comunión”, afirmó.

El Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra, en su reunión a principios de julio, encomió el uso de Indaba Continuo para la creación de relaciones tanto en los niveles diocesanos como parroquiales.

Groves dijo que el programa ha funcionado tan bien porque los participantes han utilizado principios bíblicos para entender la manera en que los cristianos deben relacionarse unos con otros. “Una vez que comienza la trayectoria uno descubre que está trabajando con cristianos muy comprometidos”, y agregó que los participantes han entendido que la clave para las relaciones es sostener “el bien de la totalidad, con Cristo como cabeza de la Iglesia”.

El Rdo. Canónigo  Rev. Kenneth Kearon, secretario general de la Comunión Anglicana, dijo a ENS que se ha sentido alentado por el compromiso de las provincias anglicanas, incluida la Iglesia Episcopal, con el programa de Indaba Continuo.

“En la medida en que más diócesis se han comprometido con Indaba a través de la Comunión, han querido importar, cada vez más, las lecciones aprendidas. Esto es una cosa muy positiva, y resulta prometedor que se vaya a repetir”, dijo. “Se trata de escuchar con seriedad, de un compromiso serio y de un respeto profundo de los unos por los otros. Cualquier persona o diócesis que haya experimentado eso encuentra nuevas formas de expresar el ser anglicano”.

—Matthew Davies es redactor del Servicio de Prensa Episcopal. Traducido por Vicente Echerri.