Los niños pueden crecer en la fe con un currículo de Vida Abundante en la Convención

Por Sharon Sheridan
Posted Jun 5, 2012

Alumnos de la escuela episcopal de Knoxville muestran judías verdes cultivadas en su jardín como parte del proyecto de currículo Vida Abundante de Ayuda y Desarrollo Episcopales, que se usará durante el programa infantil de la Convención General en Indianápolis en Julio. Foto de Kelly Norrell

[Episcopal News Service] Mientras los diputados y los obispos llevan a cabo las actividades de la Convención General este verano, los niños reunidos en el Centro de Convenciones de Indiana, en Indianápolis, se prepararán para convertirse en embajadores de la misión cuando estén de regreso a sus congregaciones.

El Ministerio de los Niños de la Iglesia Episcopal y la Diócesis de Indianápolis se han asociado con el Campamento y Centro de Conferencias Waycross de la diócesis en Morgantown, con Ayuda y Desarrollo Episcopales y el Ministerio Nacional Episcopal de la Salud, para ofrecer el programa infantil de la Convención General. Pueden participar los niños desde bebés hasta el 5º.grado del 3 al 12 de julio, y pueden asistir todo el tiempo o parte del tiempo, dependiendo de cuando lleguen a la Convención.

El programa usará el currículo del Proyecto de Horticultura ‘Vida Abundante’ de Ayuda y Desarrollo Episcopales.

“Una de las ventajas de este currículo es que un niño puede aprender algo en muy corto tiempo”, dijo Cindy Coe, asesora de formación de la agencia y creadora del currículo. Su hijo de 8 años asistirá al programa de la Convención durante cuatro días.

“Desde luego, si asisten por más tiempo, [la experiencia] será mucho más profunda”, dijo ella. “El objetivo es que los niños participen en la obra de Ayuda y Desarrollo Episcopales valiéndose de imágenes del huerto”.

El programa de los niños estará abierto durante todas las sesiones de comités y legislativas, pero no es simplemente un programa de guardería infantil, dijo Ruth-Ann Collins, funcionaria episcopal encargada de la formación cristiana de por vida. ‘Esto dista de ser una experiencia de cuidado infantil. Es una experiencia plena de formación de fe para niños”.

Los líderes del programa quieren que los niños sepan que “caramba, somos parte de una Iglesia más grande que nuestra iglesita”, dijo ella. “Van a encontrarse con niños de todas partes del país”.

Los niños que participen asistirán al oficio eucarístico diario de la Convención. Van a tener su propio espacio delantero de manera que puedan ver lo que está pasando y realmente sientan que se les toma en cuenta”, dijo Collins.

También harán un recorrido detrás de bambalinas del espacio de culto. “Algunos de estos niños probablemente nunca han estado en una sacristía”, agregó.

Al elegir el currículo, dijo Collins, la idea fue: “Hagamos que estos niños sean embajadores”. La esperanza es que ellos regresen a sus hogares con los “útiles” de su programa, a hablarles a sus congregaciones o a los líderes de sus iglesias y tal vez hasta hacer una demostración de uno de los proyectos.

“Es en verdad algo para llevar”, continuó. “Los niños pueden hacer misión y ministerio, y eso es lo que estamos tratando de mostrarle a la gente”.

El currículo incluye unidades de agua, semillas, suelo, animales y cosechas, explicó Coe. Cada uno de los cinco módulos incluye lecciones del Antiguo y del Nuevo Testamentos, una lección de “historia del campo” y una meditación.

“No podemos montar a los niños en un avión y llevarlos al extranjero y enseñarles lo que hace Ayuda y Desarrollo Episcopales, pero podemos mostrarles en su propio jardín lo que hacemos en el extranjero”, dijo ella. Al plantar semillas y cuidar de un huerto, los niños “realmente sí entiende de primera mano” lo que es tener que cultivar su propio alimento.

En una de las actividades más exitosas del programa, los niños hacen una caminata de 10 minutos para conseguir un cubo de agua, dijo Coe.

“Empieza muy bien, van retozando por el camino”, siguió diciendo ella. Por ejemplo, niños de la escuela episcopal de Knoxville, en Tennessee, anduvieron por un sendero escabroso para llegar a un manantial de agua dulce.

“El problema es que luego tuvieron que caminar loma arriba para llevar el agua al huerto. Siempre relajamos ese proceso, y a ellos siempre les divierte. Entonces les digo. ‘¿Les gustaría tener que hacer esto todos los días?”, y ellos dicen ‘no’. Siempre regresan con un extraordinario aprecio del vaso de agua que pueden tener con sólo abrir la llave”.

En general, los participantes del programa, agregó, “llegan a tener un aprecio de las cosas que muchos de nosotros damos por sentadas”.

El currículo se ha usado con preescolares a través de estudiantes de seminario, en escuelas de la iglesia, en escuelas bíblicas de vacaciones e incluso en el extranjero.

En la Convención General, los niños se dividirán en diferentes grupos según las edades. Durante el programa, visitarán dos veces el campamento Waycross. Los asesores de Waycross y los asesores de entrenamiento se contarán entre el personal del programa infantil.

“Esa es una asociación realmente deliberada, donde sí desarrollamos un liderazgo para los niños que van a ser asesores de campamentos”, dijo Collins.

El Ministerio Nacional Episcopal de la Salud era una conexión natural para el programa, explicó Collins. “Todos estamos esforzándonos en hacer a los niños conscientes de la buena salud, lo que significa vivir una vida sana. Ellos van a llevar a nuestros niños a hacer caminatas de salud” y les hablarán acerca de estilos de vida saludables.

“Tenemos nuestro propio chef, para cerciorarnos de que reciben una comida nutritiva”, explicó. Y el programa tendrá una enfermera en el personal.

Más allá de ser útiles a los niños, apuntó Collins, “el tener un programa específicamente infantil ayudará a que la oportunidad de servir como diputado [o diputada] resulte más accesible para personas con niños pequeños… Le permite a alguien de la edad del grupo llegue a formar parte del gobierno de la Iglesia sin tener la preocupación de ‘¿dónde dejo a mi hijo durante 10 días?'”.

“También ayuda a los diputados que son abuelos y los principales cuidadores [de sus nietos]”, ella dijo.

Tener a los niños en la Convención y presentes durante el culto, dijo ella “es realmente una manera visual de recordarle al pleno de la Convención General el futuro de la Iglesia …Que las decisiones que tomemos hoy repercutirán en el papel de la Iglesia para estos niños cuando crezcan”.

“La presencia de los niños es un recordatorio para preguntarnos: ¿Cuán buenos mayordomos del futuro somos?”

Un formulario de matrícula para el programa infantil de la Convención General puede encontrarse aquí. El costo es de $65 diarios, o de $625 a $650 por todos los días, dependiendo de la edad del niño.

El currículo Vida Abundante puede descargarse gratuitamente aquí.

— Sharon Sheridan es corresponsal de ENS. Traducido por Vicente Echerri.

En inglés: http://bit.ly/LngPtw


Comments (1)

  1. Eduardo Rivera says:

    I feel that publishing this article is misleading. Providing for our children is a great value for our Latino communities. This article is a translation and the materials mentioned are not designed for Latino communities, from what I can see. The materials do not even seem to be available bilingually or in the Spanish language. I would love to learn of any resources that we maybe using in Latino/Hispanic ministry in the US.

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