La iglesia de la Trinidad en Wall Street auspicia asamblea por el 1º. de Mayo

Por Lynette Wilson
Posted May 4, 2012

[Episcopal News Service] Durante su comparecencia en “Ocupar: asamblea del 1º. de Mayo”, transmitida en directo vía Internet desde la iglesia de la Trinidad en Wall Street, el Rdo. Mark Francisco Bozzuti-Jones describió el Ocupar Wall Street como un movimiento que él habría querido que la iglesia de la Trinidad hubiera tenido el “valor” y la “perspicacia” de originar.

“Es mucho de lo que somos… no sólo [la iglesia de] la Trinidad de Wall Street, toda la empresa espiritual”, dijo Bozzuti-Jones durante la transmisión.

Parafraseando al teólogo jesuita Jon Sobrino, la auténtica prueba no es tanto acerca de si una persona cree en Dios o no, sino más bien si cree en idolatría, dijo. Para Sobrino, la voluntad humana tendía a adorar las cosas erróneas.

“¿Cómo enseñarle al mundo que es mejor dar que recibir?”, preguntó Bozzuti-Jones.

Anunciada en parte como conferencia, en parte como renovación espiritual y en parte como una concentración, el “Ocupar: asamblea del 1 de mayo” incluyó breves pláticas por pensadores religiosos y seculares que hablaron acerca de problemas morales, políticos y de justicia social y reconciliación que confronta el movimiento Ocupar.

El evento también incluyo música popular interpretada por el dúo Peader & Pio.

Charles B. Strozier, profesor del Colegio Universitario de Derecho Penal John Jay, fue el maestro de ceremonias del evento. Además de Bozutti-Jones, entre los oradores se contaron el Rdo. James Forbes, ministro emérito de la iglesia Riverside de Nueva York; el Dr. Robert Jay Lifton, autor y psiquiatra de la Escuela de Medicina de Harvard; Blanche Wiesen Cook, también profesora del Colegio Universitario de Derecho Penal John Jay; Diego Ibáñez y Bryan K. Parsons del movimiento Ocupar Wall Street; Joyce Carol Oates, escritora y profesora de la Universidad de Princeton; el Rdo. James H. Cooper, rector de la iglesia de la Trinidad en Wall Street; la obispa primada Katharine Jefferts Schori y James W. Jones, profesor de la Universidad de Rutgers.

El Día 1 de mayo, o Día Internacional de los Trabajadores, es una celebración de movimientos obreros e izquierdistas que tiene sus raíces en la masacre de Haymarket, Chicago, en 1886, cuando, luego de haber sido alcanzados por una bomba, la policía disolvió una huelga general de trabajadores que abogaban por una jornada laboral de ocho horas. La fecha se convirtió en una efeméride reconocida internacionalmente en 1890.

El 1 de mayo, Ocupar Wall Street convocó a una huelga general -no trabajo, no escuela, no tiendas- para conmemorar el Día del Trabajo e inyectar nueva vida al movimiento que provocó protestas en todo el país contra la injusticia económica en septiembre de 2011. De la noche a la mañana, barricadas humanas subieron a lo largo de Broadway en el Bajo Manhattan y a lo largo de Wall Street e inmediatamente se apostaron frente al edificio de la Bolsa de Nueva York en la esquina de las calles Wall y Broad, a una cuadra de la iglesia de la Trinidad. Los eventos de Ocupar para el 1 de mayo se planearon para todo el país.

En su página web, la iglesia de la Trinidad describe Ocupar como “…tal vez uno de los movimientos más importantes desde los movimientos pro derechos civiles y antibélicos de los años cincuenta y sesenta”.

La asamblea de la Trinidad, programada originalmente como un evento público, se cambió a una transmisión en directo vía Internet cuando, según un comunicado en el calendario de la Trinidad, la alcaldía de Nueva York alertó que probablemente habría grandes multitudes y que se producirían interrupciones en el transporte público en el Bajo Manhattan el martes por la tarde. Los partidarios de Ocupar, entre ellos algunos clérigos episcopales que participan activamente en el movimiento interreligioso OcupyFaith NYC, se disponían a desfilar “en solidaridad” desde Union Square hasta el parque Zuccotti a las 5:30 P.M. hora del Este.

Dada la situación de la iglesia de la Trinidad, en la intersección de Broadway con Wall Street, dos cuadras al sur del parque Zuccotti, espacio de propiedad privada donde los ocupas acamparon durante dos meses el otoño pasado, la iglesia ha sido parte de la historia de Ocupar desde el comienzo, a veces abriendo sus puertas a los miembros del movimiento y sus partidarios.

Durante su plática, Cooper reconoció algunos de los tensos momentos vividos a lo largo del camino, que incluyeron huelgas de hambre y arrestos. En medio de todo eso, la Trinidad y los partidarios de Ocupar pudieron, no obstante, reunirse para conversar, dijo Cooper, ya fuese de manera informal, conversaciones tarde en la noche en el banco de un parque, o durante un oficio el domingo por la mañana.

Luego de que los ocupantes fueran desalojados del parque el 15 de noviembre de 2011, la iglesia de la Trinidad fue objeto de críticas de los partidarios del movimiento -entre ellos algunos clérigos episcopales- por no haberles cedido una espacio propiedad de la iglesia, adyacente a la Duarte Square, un parque de la ciudad situado en las calles Canal, Grand y la Ave. De las Américas. La disputa sobre el acceso a la propiedad de la Trinidad, que Ocupar quería usar como base desde la cual capear los meses de invierno, culminó con una huelga de hambre llevada a cabo por tres o cuatro personas asociadas con el movimiento y el arresto de clérigos episcopales, entre ellos el obispo jubilado George E. Packard, cuando saltaron la cerca durante una manifestación, el 17 de diciembre de 2011, para conmemorar los tres meses de que surgiera el movimiento.

Uno de los que estaba en huelga de hambre, el boliviano Diego Ibáñez -que grabó sus propios comentarios en una grabadora digital debido, según dijo, a problemas de confianza habidos en el pasado con la iglesia de la Trinidad- habló de la belleza de participar en algo donde “puedas dejar de ser ante algo más grande que tú”.

Refiriéndose al alto número de personas encarceladas, especialmente personas de color, culpó a las generaciones anteriores por dejar a Estados Unidos, de cierta manera, peor de lo que nunca ha estado antes.

Para él, agregó, [el movimiento] Ocupar le dio a la gente la posibilidad de participar en el cambio social de manera diferente a lo que propone 401 C3, organización que solicita de los ricos donaciones deducibles de impuestos. Él criticó a la Trinidad -uno los mayores propietarios de terrenos en Manhattan- por no ofrecerle a Ocupar un espacio cuando el campamento fue desalojado del parque Zuccotti, y por no dejar que su compañero participara en la asamblea aunque, como señaló, sobraba espacio (Después que el evento comenzó a transmitirse vía Internet, a los miembros del público se les impidió que asistieran en persona).

Al concluir sus comentarios, Ibáñez, que ha estado durmiendo en sofás desde que lo desalojaron del parque Zuccotti, retó a todos los presentes y a los que estaban mirando por Internet, a preguntarse que estaban haciendo “para , “derribar las fronteras [que los separan] de las personas a su alrededor”.

“Todos nosotros podemos ser radicales”, dijo.

En una plática acerca de “Economía bíblica”, grabada vía Skype, la obispa primada habló de cómo la “ética cristiana fundamental exige el cuidado de los pobres”.

“Los pobres son los prójimos con menores opciones -respecto a qué comer, dónde vivir, qué clase de empleo buscar, dónde enviar a sus hijos a la escuela, si es que los envían, o dónde encontrar atención médica. La antigua expectativa moral consiste en proporcionar dignidad, apoyo y opciones básicas a aquellos con poca capacidad de encontrar su camino en el mundo”, afirmó.

Joyce Carol Oates, que creció en la pobreza en el interior del estado de Nueva York, encomió al movimiento Ocupar por su “visión” y su “pasión”, y habló acerca de su experiencia personal: como recibir una beca de $500 de los Regentes de Nueva York la ayudaron a pagar sus estudios universitarios, y cómo, al sindicalizarse, lo obreros de la fábrica donde trabajaba su padre adquirieron alguna sensación de seguridad.

Sin embargo, pese a la encomiable visión y pasión, lo práctico es un reto mucho mayor para Ocupar, dijo Oates.

Ella animó a [los integrantes del movimiento] Ocupar a llegar, sin antagonismos, a la gente del Medio Oeste y del Sur que, según dijo, votan contra sus propios intereses, así como a otras personas, para que voten por políticos que “simpaticen con la causa”.

— Lynette Wilson es redactora/reportera de Episcopal News Service. Traducido por Vicente Echerri

En inglés: http://bit.ly/IsliyH